En Cuba no hay café por trabas del propio gobierno, según experta

Casi 13 pesos el precio de un café expreso en bar cubano
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De haber encabezado la lista de los países con mayores exportaciones anuales de café en todo el mundo, Cuba ha quedado rezagada en el mercado internacional con una estrepitosa caída de más de 60.000 a menos de 6.000 toneladas al año.

En la actualidad, los precios récord de este producto rondan entre 3.000 y 4.000 dólares americanos por tonelada. Sin embargo, las empresas cubanas procesadoras de café van camino a la quiebra.

Un reciente análisis de la experta en economía Rafaela Cruz para el medio independiente Diario de Cuba arroja que, al tiempo en que el propio estado compra la materia prima a los campesinos, a los cuales también financian y proveen insumos, luego venden el producto procesado y empacado a las exportadoras estatales, colocado más tarde en el mercado internacional. 

Cruz destaca que “el precio del grano en Cuba no depende del libre mercado, sino del gobierno, que ha decidido que las empresas procesadoras compren a los campesinos a razón de 149.000 pesos por tonelada el café arábigo, y a 83.000 el robusta”. 

Todo ello condiciona que, tras el referido proceso industrial lo vendan a las exportadoras estatales, transacción por la cual solo pueden cobrar a 72.000 pesos la tonelada (arábigo) y 46.000 pesos (robusta), lo cual conduce inevitablemente a pérdidas millonarias.

El tipo de cambio de 1×24, con el que aún opera el sector estatal, impide que se compatibilicen los precios de compra y venta del café, sumado a que el Gobierno opta por la subvención de las propias pérdidas. 

Cifras publicadas por esta experta revelan que “solo el año pasado, el presupuesto estatal desembolsó 419 millones por ese concepto”.

En Cuba no hay café

“Se podría pensar que no es mayor problema que el gobierno aporte dinero vía subvención pues, al fin y al cabo, tanto las exportadoras como las procesadoras son empresas estatales, con lo que solo sería relevante, desde el punto de vista gubernamental, el gasto total en que incurre como intermediario entre productores locales y compradores internacionales. Así, el subsidio complementaría una realidad financiera”, añade el análisis de Rafaela Cruz.

La experta también señala que el factor humano se siente actualmente desmotivado debido a que los trabajadores de este sector, a causa de las propias pérdidas, apenas reciben estímulos salariales, pagos diferenciados o distribución de utilidades. 

“La acumulación de aberraciones fomentadas por la politización de la economía no se resolverá”, agrega Cruz. 

“Décadas de planificación centralizada e infinitas absurdidades como el de estas empresas procesadoras de café han esclerotizado la economía cubana”, concluye la analista. 

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