Desde que el gobierno cubano puso en práctica una campaña para “luchar contra las ilegalidades y el acaparamiento”, cientos de cuentapropistas en todo el país han optado por cerrar sus negocios ante el incremento de redadas policiales y la ofensiva de los inspectores.
Un reporte de a Radio Televisión Martí confirma que varios vendedores de viandas entrevistados decidieron dejar de hacerlo públicamente por temor a posibles multas y decomisos.
“Los inspectores ahora mismo están en la calle, arriba de los particulares todo el tiempo”, contó al medio Vladimir Martín Castellanos de la provincia de Las Tunas.
“Nosotros hemos optado por cerrar el puesto, porque para buscarse problemas y tener que pagar las altas multas, no es lógico que uno se ponga a vender. Por tanto, en estos momentos estamos en cero”.
Otros cuentapropistas del centro del país aseguraron que están siendo acosados por los inspectores y la policía:
“Le han ido en avalancha arriba a los vendedores de viandas por la calle, en la cabecera provincial, y nuestro sustento son ellos, porque el estado no tiene un grano de frijol para darnos. Ahora te imponen a la fuerza el precio y no hay nada que comprar en las plazas de los mercados agropecuarios”, declaró por su parte otro vendedor identificado como José Carlos Fernández.
En las últimas semanas, la policía ha protagonizado redadas en casas particulares y han decomisado cientos de productos cuyos propietarios adquirieron, según las autoridades, “de forma ilícita”.
Cuentapropistas cubanos cierran sus negocios por miedo a la policía
Sin embargo, los cuentapropistas alegan que no existe otro modo de surtir cafeterías y restaurantes que no sea recurriendo al mercado informal, pues no existe posibilidad de venta mayorista en Cuba en moneda nacional.
“De golpe y porrazo van a tratar de bajar los precios, sin tener en consideración que hay millones de pesos invertidos por el sector privado, que es el que mantiene hoy en día la poquita alimentación que recibe la población”, protesta otro emprendedor privado de La Habana.
Reportes desde La Habana confirman que en los últimos días ha disminuido notablemente la oferta de frutas y granos en los agros de la capital, ya que gran parte de los vendedores marcharon con la mercancía hacia sus casas para evitar ser multados por los inspectores o confiscados sus productos.