El Comité para la Evaluación de la Participación Extranjera en el Sector de Servicios de Telecomunicaciones de los Estados Unidos, también conocido como Team Telecom, rechazó abiertamente la interconexión directa por cable entre Cuba y Estados Unidos por “peligro de espionaje”.
En un informe de 26 páginas, el Comité recomendó con varios argumentos a la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) que declinara la solicitud para agregar un segmento de cable que estaría conectado directamente a los Estados Unidos, a través de una nueva estación de aterrizaje en Cojímar.
Según explicó la fuente citada, esta conexión directa al cable submarino de Estados Unidos pudiera convertirse en una vía de espionaje por parte del monopolio de las comunicaciones ETECSA (Empresa de Telecomunicaciones de Cuba S.A.).
Este y otros sistemas de cable de fibra óptica representan un “activo crítico de seguridad nacional y transportan la mayor parte del tráfico mundial de Internet, voz y datos entre continentes”.
Por este motivo, en particular “planteó preocupaciones de seguridad nacional, ya que el sistema de aterrizaje por cable en Cuba sería propiedad y estaría controlado por el monopolio estatal”, precisa el comunicado.
Rechazan conectar desde EE.UU cable de internet
“Conectar directamente un cable submarino de Estados Unidos a Cuba, donde una empresa estatal cubana tendría el uso exclusivo del cable, el control sobre la estación de aterrizaje cubana de ese cable y el acceso remoto al tráfico en él, podría promover los objetivos de inteligencia del gobierno cubano al darle acceso directo a las comunicaciones de las personas de los EE. UU. y a los datos confidenciales que atraviesan el cable”.
“Estados Unidos apoya una Internet abierta, interoperable, segura y confiable en todo el mundo, incluso en Cuba. Desafortunadamente, el gobierno cubano no comparte esa opinión”, señaló por su parte el Fiscal General Adjunto Matthew G. Olsen, de la División de Seguridad Nacional del Departamento de Justicia.
De acuerdo con el fiscal, Cuba representa una amenaza de contrainteligencia para los Estados Unidos y se asocia con otros países “que hacen lo mismo”, lo cual implica riesgos demasiado considerables para la infraestructura norteamericana.