Un grupo de campesinos pinareños contaron a la prensa estatal que se habían arrepentido de haber aceptado trabajar la tierra en la comunidad de Los Palacios debido a varios factores como el alto costo que ha conllevado prepararla para la siembra.
Un reporte del medio El Guerrillero explica que en esta localidad existían más de 1 000 hectáreas de tierra que llevaban tiempo sin explotarse y que fueron otorgadas a campesinos y personas con interés de dedicarse al cultivo del arroz y la ganadería, lo que supondría el incremento de volúmenes productivos.
Sin embargo, las “carencias tecnológicas” y otros factores influyeron en que no se lograran los planes esperados y que los usufructuarios se decepcionaran con la empresa agroindustrial.
Más de 200 desempleados en esta zona de Pinar del Río solicitaron la “alternativa” de las tierras en desuso empleando recursos de los que supuestamente disponía la empresa: semillas, agua, maquinaria, medios biológicos y abonos orgánicos.
Yoserky López LLobera, un joven de este municipio que se motivó a solicitar tierras reveló al medio que le facilitaron dos caballerías de tierra, que estaban “roturadas” por la ficha de costo vieja.
“Si yo sé que iba a ser así no pido tierras. Me dieron dos caballerías y estoy agradecido porque antes era difícil coger un área. Pero con esos precios no se puede”, explicó el campesino que antes no contaba con vínculo laboral.
“El arroz necesita no menos de cuatro labores, que me salía como en 5 000 pesos, ahora son 10 800, solo en la preparación, sin contar lo demás en lo que hay que invertir”.
Este y otros productores también denunciaron que se encontraban “sembrando a riesgo”, ya que no pueden permitirse la compra de las semillas o pagar por el paquete tecnológico.
Campesinos cubanos
“Esto es nuevo. Nadie nunca pensó que se iba a hacer una agricultura sin paquete tecnológico. Hoy el paquete tecnológico es la tierra, el hombre, el agua, y el petróleo que se pueda adquirir”, apunta otro identificado como Hano Abrahantes.
La mayoría de los campesinos se quejaron de que deben pagar a sobreprecio el quintal de arroz cáscara húmedo entre 1000 y 1 300 pesos y que la mayoría de los jóvenes que solicitaron la tierra ahora se sienten desmotivados.
“Son muchachos que siempre han estado desvinculados, se motivaron y todo, pero con lo de la ficha de costo, se echan otra vez para atrás, porque no quieren endeudarse”, señaló otro campesino.