Una historia de éxito. Con solo 16 años, la cubana Camila Asenjo Pérez llegó a Estados Unidos junto a su mamá y su hermano sin apenas tener conocimientos del idioma inglés, pero con el sueño de poder trabajar por un mejor futuro para ella y su familia en la isla.
Aunque los primeros años fueron sumamente estresantes, finalmente logró hacerse ciudadana americana y destaca como una de las empleadas para prometedoras de U.S. Bank en el estado de Kentucky. Pero detrás del éxito de esta cubana en Estados Unidos, hay mucho trabajo.
“Fue muy difícil cuando llegué por primera vez, especialmente debido a la barrera del idioma, ya que no hablaba nada de inglés. Estaba en la escuela secundaria y tuve que tomar las mismas clases que todos los demás”, contó la joven a la página oficial del banco que reseñó su exitosa historia.
Inicialmente, la familia de migrantes se asentó en Arizona y años más tarde se trasladaron a Hopkinsville, al suroeste del estado, una comunidad que cuenta con una población de aproximadamente 31,000 personas.
“Tuve que trabajar muy duro y tratar de aprender inglés por mi cuenta tanto como pude para poder graduarme. Yo también trabajaba a tiempo parcial, y realmente no tenía a nadie en mi familia que tuviera el conocimiento para ayudarme. Simplemente tomó mis propios esfuerzos y la amabilidad de un amigo”, recordó también.
Historia de éxito de cubana en Estados Unidos
Asenjo Pérez trabaja para la sucursal de la institución norteamericana como consultora de relaciones con clientes, marcando la diferencia para los hispanohablantes que allí residen y que aún no están familiarizados con el inglés. Su meta siempre fue lograr la ciudadanía y debió estudiar a profundidad más de 100 preguntas que exigen en el examen.
“Todos en la compañía me han apoyado mucho y han entendido mi objetivo y deseo de convertirme en ciudadana estadounidense. El gerente de mi sucursal incluso me ayudó a estudiar algunas veces”, contó más adelante.
Actualmente, Camila cuenta con el derecho de votación y otros derechos constitucionales, aunque sus dos padres aún deben presentarse al examen. La joven cubana nunca imaginó que pudiera ser tan feliz en un país extranjero:
“Me casé el año pasado, tengo un niño de cinco años en casa y otro en camino, por lo que convertirme en ciudadano recientemente es una maravillosa adición a este emocionante capítulo de la vida. Desde que me uní a U.S. Bank, he sido testigo de varias ocasiones en las que es obvio que la compañía se preocupa por sus empleados”, dijo.