El envío de remesas constituye la fuente fundamental de supervivencia de millones de personas en el mundo. Se trata de una ayuda económica que cada día cobra mayor notoriedad debido al propio incremento del flujo migratorio.
Incluso el Banco Mundial ha llegado admitir que las remesas “alivian la pobreza, mejoran los resultados nutricionales y están asociadas con un mayor peso al nacer”.
Latinoamérica es una de las regiones del orbe que mayor cantidad de dinero recibe por esta vía, específicamente desde Estados Unidos, Italia y España.
Si durante el 2022 se incrementaron notablemente las remesas por encima del 20 % el 2023 será próspero, aunque moderado, según indican los especialistas. En los primeros nueve meses del año pasado se recibieron unos 142 mil millones de dólares en Latinoamérica, un 9.3 por ciento más que en el mismo período anterior.
De manera general las naciones que mayor cantidad de envíos recibieron en los doce meses anteriores fueron Nicaragua, Guatemala, Honduras y México.
Por su parte, Haití y República Dominicana también experimentaron amplios flujos de efectivo, soporte principal de miles de familias que se enfrentan a una inflación desmedida que influye en el precio de las rentas y la alimentación.
Envío de remesas: Cuba
En Honduras, por ejemplo, se recibieron ingresos por remesas de 7.933 millones de dólares, aunque el país aún muestra altas tasas de pobreza.
A pesar de que Haití destaca como una de las naciones más pobres de América Latina es, al mismo tiempo, uno de los países más dependientes de remesas.
Cuba no se queda detrás con los envíos monetarios que se incrementaron desde que el gobierno comenzara a vender los alimentos y productos de primera necesidad en divisa extranjera.
Manuel Orozco, experto en el estudio de las remesas precisó a la Voz de América que Nicaragua presentará este año un crecimiento menos atenuado: “Las remesas seguirán mostrando crecimiento, pero con una tendencia menos fuerte, ya que la intensidad migratoria estará disminuyendo para todos los países”.