El pasado 11 de enero se provocó un caos en los aeropuertos de Estados Unidos tras haberse interrumpido de manera inexplicable los vuelos nacionales por una avería repentina, que obligó al regulador de la aviación civil del país (FAA) a suspender temporalmente todas las salidas.
En un primer momento las autoridades indicaron que se trataba de un fallo en el sistema, el cual resulta crucial para los pilotos y las tripulaciones. A raíz del incidente fueron retrasados unos 8.600 vuelos y 1.300 debieron ser cancelados.
Inmediatamente, el propio secretario de Transporte, Pete Buttigieg indicó que se abriría una investigación para descartar un posible ataque cibernético o terrorista y ahora han dado con la pista de lo que puede haber sucedido.
“Nuestra investigación preliminar vinculó la interrupción con un archivo de base de datos dañado”, comunicó la FAA en Twitter y agregó que “en esta etapa, no (había) evidencia de un ataque cibernético”.
El sistema dañado se conoce como Notice To Air Missions (NOTAM), y su función principal es “transmitir información a las tripulaciones sobre riesgos en los aeropuertos, como el cierre de una pista, la presencia de una grúa e incluso actividades especiales como operaciones militares”.
Vuelos en Estados Unidos
Aunque la investigación aún se encuentra en curso hasta el momento se conoce que el fallo fue provocado por un error humano por parte de un subcontratista que “había borrado involuntariamente archivos mientras trabajaba en la sincronización entre la base de datos principal y la de reserva”, reveló la agencia esta semana.
A raíz de los sucesos varios senadores han criticado fuertemente a la FAA. Ted Cruz consideró los hechos como “inaceptables” y lo atributó a “la incapacidad de la agencia”
“El catastrófico fallo del sistema de la FAA de hoy es una señal clara de que la red de transporte de Estados Unidos necesita desesperadamente una mejora importante”, reaccionó por su parte la Asociación de Turismo de Estados Unidos.