No solo la crisis con el combustible en el mundo ha sido una de las condicionantes de que muchas más personas se animen a adquirir vehículos eléctricos en lugar de invertir en nuevos modelos que aún funcionan con gasolina.
Lo que antes parecía un sueño futurista ahora se ha convertido en una realidad y a medida que la tecnología mejore, los autos que funcionan con electricidad se volverán más populares.
Aunque el aumento de los precios de la gasolina influye notablemente en que los consumidores prefieran las marcas eléctricas, no hay que dejar de reconocer que muchos de estos vehículos resultan sumamente atractivos.
Los autos de combustión interna parecen tener sus días contados. Importantes marcas como Tesla, General Motors, Ford Motor y sus proveedores de baterías han incrementado sus fábricas en el último año lo que conllevaría a una reducción significativo de los precios derivada de la posible producción en masa.
Otras reconocidas empresas como Volkswagen, Nissan y Hyundai también se están sumando a la última moda.
Los fabricantes “están trabajando para seguir atrayendo a los compradores al hacer que estos vehículos sean elegibles para créditos fiscales”, precisó Jenni Newman, editora en jefe de Cars.com, sitio de ventas de automóviles en línea citada por The New York Times.
Coches eléctricos
Otra de las razones de que el valor de estos autos haya descendido recientemente se debe a la inesperada reducción de los modelos 3 e Y de la marca Tesla, los dos vehículos eléctricos más vendidos en el mundo por miles de dólares. Actualmente, un Model 3 cuesta 300 dólares menos que el sedán BMW Serie 3.
“Tesla vio que hay una competencia creciente y parte de la competencia es bastante buena”, opinó al respecto Brian Moody, editor ejecutivo de Kelley Blue Book y agregó: “Si el vendedor número 1 de cierto tipo de automóvil reduce sus precios, eso tendrá un impacto en el promedio”.
Por otra parte, muchas regulaciones impuestas en Europa y Asia fundamentalmente sobre emisiones y eficiencia de combustible han obligado a los fabricantes de automóviles a lanzar vehículos de batería que les permitan ajustarse a estas restricciones.
Muchas compañías como Mini, Jaguar Land Rover, Volvo y Audi, anunciaron el año pasado que dejarían de vender modelos a gasolina o diésel en la siguiente década. Aun así, expertos del sector automovilístico predicen que la transición no será de un día para otro, aunque no es la primera vez que los proveedores de una industria se ven obligados a evolucionar para sobrevivir a un cambio tecnológico.