Aunque está considerada como ilegal en muchas regiones del mundo, la técnica de reproducción asistida llamada científicamente como gestación subrogada se ha vuelto bastante popular en Estados Unidos y al sur de la Florida.
El uso de “vientres de alquiler” implica que una mujer, conocida como gestante, accede a portar durante los nueve meses al hijo de otra persona o pareja, algo que, si bien tiene muchos detractores, también constituye la única vía para que algunas familias logren tener un bebé.
Primeramente, hay que tener en cuenta que el procedimiento resulta en extremo complicado y costoso, además de los conflictos éticos y emocionales que pueden surgir en el camino entre la madre gestante y la que recibirá a la criatura.
En Estados Unidos, por ejemplo, para aplicar a esta técnica se tendrían que desembolsar entre los 100.000 y los 200.000 dólares americanos. En zonas como las Vegas el precio ronda entre los 110.000 y los 170.000 dólares; mientras que en el West Coast Surrogacy, ascienden de los 190.000 a los 230.000 dólares.
En Florida son varios los casos recientes de mujeres que no han encontrado otra forma viable para conformar una familia, ya sea porque la pareja está declarada clínicamente como incompatible o sencillamente porque existen mujeres que deciden optar por un donante anónimo y emprender solas la maternidad.
Gestación subrogada en Florida
De hecho, Florida está considerado uno de los mejores destinos en los Estados Unidos para recurrir a los vientres de alquiler con óvulos de donante y también a la adopción, dado que la ley protege a los padres de intención, reseñan varios medios internacionales.
Por su parte, Miami no es de las ciudades más caras para aplicar a la reproducción asistida con precios que oscilan entre los 10.000 y los 30.000 dólares en dependencia de las agencias que se contraten para llevar a término el embarazo.
Son varias las clínicas de Miami que ofrecen los servicios de la también denominada gestación subrogada total o completa, en la que la gestante subrogada no aporta la carga genética, sino que únicamente gesta al hijo de los futuros padres.