Tras semanas de escasez de combustible en Cuba y las quejas de los choferes en las inmensas colas en los CUPET, el presidente cubano Miguel Díaz-Canel justificó esta semana, nuevamente, el por qué de esta situación que no se estabiliza en el país.
El déficit de gasolina está dado porque varios de los países que tienen contrato con Cuba están atravesando situaciones energéticas complejas y no han podido cumplir con los compromisos contraídos, dijo Díaz-Canel durante la reunión de clausura de la visita de integral del Partido Comunista de Cuba en Santa Clara, capital de Villa Clara.
Esta es la explicación oficial que ha dado el mandatario cubano ante una crisis de combustible que se ha prolongado por más de dos semanas y que ha afectado a la movilidad y la economía de la isla. Sin embargo, ¿cuáles son las verdaderas causas y consecuencias de esta situación?
Según expertos en política energética, la escasez de combustible en Cuba se debe a varios factores, entre ellos. La caída en la producción nacional de petróleo, que ha disminuido un 20% desde 2010, según datos del Ministerio de Energía y Minas.
Otra es la reducción del suministro de crudo y combustibles de Venezuela, el principal aliado y proveedor de Cuba, que ha pasado de 100.000 barriles diarios en 2016 a un promedio de 56.000 barriles diarios en 2021, según el analista cubano Jorge Piñón, de la Universidad de Texas.
También están las dificultades financieras del país, que limitan su capacidad para pagar y adquirir combustible en el exterior. El aumento de la demanda interna, debido al crecimiento del parque automotor privado y al mayor uso de generadores eléctricos para compensar las averías en las centrales termoeléctricas.
Canel no tiene soluciones para escasez de combustible en Cuba
La crisis de combustible en Cuba tiene graves repercusiones para la población y la economía. Entre ellas se pueden mencionar, las largas filas y esperas en las gasolineras, que generan malestar e inconformidad entre los conductores y los usuarios del transporte público y privado.
También el racionamiento y limitación del combustible que se puede comprar por persona o vehículo, lo que afecta la movilidad y la productividad. La afectación al sector productivo y comercial, especialmente al agropecuario, al turístico y al cuentapropista, que dependen del transporte para sus actividades.
El pueblo también ve el aumento de los precios y la escasez de alimentos y otros productos básicos, debido a las dificultades para su distribución y abastecimiento. Y el riesgo de apagones eléctricos, si no se garantiza el suministro suficiente de diésel para los generadores.
Ante este panorama, el gobierno cubano ha llamado a la población a ahorrar combustible y energía, y ha asegurado que se realizan “esfuerzos” para resolver el problema en los próximos días. Sin embargo, muchos cubanos se muestran escépticos y desconfiados ante las promesas oficiales.