Ante la poca o nula oferta de productos alimenticios en las afueras de los aeropuertos cubanos, la dirección de estas entidades ha debido recurrir a las empresas privadas o cuentapropistas, para garantizar que tanto los viajeros como sus familiares tengan algo que llevarse a la boca.
A través de sus redes sociales, el Aeropuerto Internacional Frank País de Holguín solicitó la colaboración de emprendimientos privados que deseen operar en las áreas aledañas a la instalación.
“El Aeropuerto Internacional Frank País convoca a los interesados en ofertar sus servicios en puntos de venta minoristas, en el exterior de la terminal. El plazo de admisión de las propuestas inicia el 20 de abril y cerrará el 20 de junio”, precisa la nota de Facebook.
Cuentapropistas para aeropuertos cubanos
Sin embargo, dichos trámites no están exentos de burocracia: “Para concurrencia de selección de candidatos interesados en ofertar servicios en puntos de ventas minoristas, en el exterior de la terminal Internacional del Aeropuerto “Frank País García” de Holguín: los interesados presentarán su oferta digital y escrita (2 originales y en formato carta 21.51 cm x 27.94 cm) en la oficina comercial de la UEBHOG”, especificaron.
También recientemente el Aeropuerto Internacional “Antonio Maceo”, de Santiago de Cuba solicitó personal por cuenta propia para que operaran en sus inmediaciones.
En un mensaje de redes postearon que “como centro de negocios, dentro de sus estrategias comerciales se ha propuesto la mejora de la satisfacción de los clientes externos e internos incrementando los servicios gastronómicos con la ayuda de emprendimientos independientes”.
Han sido varios los viajeros que se han quedado de la baja disponibilidad de bebidas y alimentos en los aeropuertos cubanos donde los productos adquieren precios impensables en moneda extranjera en tanto realizan las devoluciones en pesos cubanos.
Una internauta reaccionó a la publicación alegando: “Da pena esta situación, pero más pena da estar en un aeropuerto que todo puede suceder sin tomarse ni un pomo de agua, aunque sea a un precio más elevado, pero que esté lo mínimo indispensable porque verdaderamente esto nunca se había visto en los aeropuertos y el que sufre todas las consecuencias siempre es el viajero, ya basta de tanto maltrato alguna solución hay que darle a esto, es mi humilde opinión”.