A pesar de las “enérgicas condenas” del gobierno cubano a su inclusión por parte de los Estados Unidos en la lista de patrocinadores del terrorismo, la Casa Blanca declinó esta semana retirar a la isla del registro.
Luego de la reunión efectuada en La Habana sin previo aviso entre funcionarios de ambas naciones para abordar temas relativos al enfrentamiento de las actividades terroristas, la política continúa inalterable según explicaron fuentes oficiales.
“Estas conversaciones ocurren de forma regular. Seguimos sin tener un cambio de política en cuanto a la presencia de Cuba en la lista”, expresó el portavoz adjunto del Departamento de Estado, Vedant Patel, en una rueda de prensa. “El régimen tiene una larga trayectoria de represión contra la sociedad civil y otros factores que hacen que siga dentro de la lista”, agregó.
En 1982 Cuba ingresó a esta lista negra “debido a su largo historial de brindar asesoramiento, refugio seguro, comunicaciones, capacitación y apoyo financiero a grupos guerrilleros y terroristas individuales”.
Aunque esta designación fue rescindida en 2015 durante la Administración de Barack Obama, el 12 de enero de 2021, Washington volvió a designar a Cuba como Estado Patrocinador del Terrorismo. Entre otras razones, debido a que el Departamento de Estado “determinó que el Gobierno cubano brindó repetidamente apoyo a actos de terrorismo internacional al otorgar puerto seguro a los terroristas”.
Cuba en la lista de terroristas
Ese mismo año, el secretario de estado Mike Pompeo aclaró: “con esta medida de nuevo hacemos responsable al gobierno de Cuba y mandamos un claro mensaje: el régimen castrista debe acabar con su apoyo al terrorismo internacional y con la subversión de la justicia estadounidense”.
La inclusión en este listado supone una serie de sanciones a las operaciones comerciales y transacciones financieras de La Habana con entidades de ese país.
En el informe publicado por la Casa Blanca se advierte Cuba también alberga a varios prófugos estadounidenses de la justicia buscados por cargos relacionados con violencia, muchos de los cuales residen en el país desde hace décadas.
“Por ejemplo, el régimen cubano se negó a devolver a Joanne Chesimard, también conocida como Assata Shakur, una fugitiva de las más buscadas por el FBI, quien fue condenada por asesinar al policía estatal de Nueva Jersey Werner Foerster”, precisa el documento oficial.