Hablemos de la demencia. ¿Cómo prepararse para enfrentar esta pérdida de la función cerebral cuando le ocurre a una familiar bajo nuestro cuidado?
La demencia es causada por daños a las células del cerebro y se muestra en forma de afecciones neurológicas que van deteriorándose en el tiempo, afectando en cierta medida, el pensamiento, el comportamiento, así como las emociones.
Es conocido que deteriora, altera y provoca pérdida de la memoria, causando falta de concentración, confusión, y haciendo de las cosas simples un caos en aquellos pacientes que la padecen.
A medida que va avanzando la demencia y el deterioro mental que trae consigo, también comienzan a afectarse los familiares cuidadores.
Según ha informado el medio BBC Mundo aproximadamente unos 57 millones de personas padecen de demencia en el mundo y estudios estiman que para el 2050 esta cifra se triplique a 153 millones de casos, debido al incremento de la población anciana a nivel global.
Para Caroline Scates, subdirectora de desarrollo de enfermeras especializadas en demencia de la organización benéfica británica Dementia UK, “la demencia es un término general para una variedad de condiciones progresivas que afectan el cerebro”. “Estos cambios en el cerebro son causados por diferentes enfermedades, hay más de 200 tipos diferentes de demencia”, alega Scates.
DEMENCIA: PACIENTES Y CUIDADORES
Dentro de las más comunes están el Alzheimer, la demencia vascular, la demencia con cuerpos de Lewy, la demencia frontotemporal y la demencia mixta, todas estas suelen presentarse de formas diferentes en cada paciente.
Uno de los síntomas más comunes en la demencia es la pérdida de la memoria, aspecto este que suelen notar inmediatamente los seres queridos.
En la actualidad, este tipo de padecimiento es incurable. Es por ello que es tan importante lograr un diagnóstico temprano. Una vez confirmado, únicamente se pueden amortiguar los síntomas y propiciar a ese ser querido un ambiente que ayude y estimule la función cerebral.
Un estilo de vida saludable para las personas con demencia es muy importante, y los familiares pueden incorporales a su rutina diaria algunas tareas del hogar, ejercicios, así como visitas sociales a los amigos.
El texto destaca la importancia de comenzar a aprender qué hay detrás del comportamiento de un paciente para “comprender lo que esa persona podría necesitar o está tratando de comunicar”.
“Cuando las personas son socialmente activas y están conectadas con la comunidad, es bueno para la salud del cerebro, la comunicación y las habilidades sociales. El aislamiento social no es bueno para la salud cerebral de nadie”, señalan.
Asimismo, se precisa que en nuevo estudio observacional realizado por investigadores chinos encontró un vínculo entre más tiempo dedicado a las tareas del hogar, el ejercicio y las visitas sociales y un menor riesgo de demencia.