En febrero de 2021, Marino Murillo, el encargado del llamado ordenamiento económico en Cuba, afirmó que la percepción de las personas sobre la llamada Tarea Ordenamiento iría mejorando con el ajuste de algunos precios.
Con esta declaración, reconoció implícitamente que la mayoría de los cubanos no estaba satisfecha con las medidas adoptadas por el gobierno para reformar la economía, en medio de una crisis sanitaria y económica sin precedentes.
Sin embargo, unos meses después, en una sesión parlamentaria celebrada este miércoles, Murillo admitió que la inflación había superado las expectativas y que el costo de la vida se había disparado para la población.
Según sus propias cifras, la canasta familiar normada había pasado de 179 a 209 pesos por persona, y la alimentación fuera del hogar se había duplicado, de 432 a 840 pesos. “Que un cubano hoy se coma en la calle algo, le está costando el doble de lo que diseñamos en la Tarea Ordenamiento”, dijo.
Murillo atribuyó el aumento de los precios a un déficit en la oferta y a una mayor circulación de efectivo en un sector de la población. También reconoció que la Tarea Ordenamiento había perdido credibilidad entre los cubanos, que no veían beneficios en el cambio económico.
TAREA ORDENAMIENTO: PRECIOS EN CUBA
“La inflación minorista es superior al diseño y eso constituye la principal crítica de la población”, dijo Murillo. “A la gente no hay quien le hable de la Tarea Ordenamiento”, admitió.
Hoy, con Murillo fuera de la Tarea Ordenamieno, la situación en la isla es peor. El economista Pedro Monreal señaló en la red social X que la inflación oficial se había acelerado en septiembre de 2023 y que había tenido una tendencia moderadamente decreciente a nivel interanual, aunque superior al 37% en cada mes del año.
Monreal también criticó el cambio en el formato del informe mensual oficial, que omitía datos relevantes sobre el comportamiento de los precios.