El periódico Girón ha publicado un trabajo de Arnaldo Mirabal, donde se ofrecen los testimonios de dos personas que relatan lo sucedido en Cárdenas el pasado 11 de julio.
En el relato, se refiere que “en Cuba no estamos acostumbrados a ese nivel de agresividad, aunque cierta prensa extranjera se empeñe en decir lo contrario”.
Asimismo, se afirma que “siete tiendas de Cárdenas sufrieron el desenfreno de personas sin escrúpulos, aunque los medios internacionales y las burdas campañas insistan en hacerlos héroes”.
Dice el periodista que “lo sufrido por los cardenenses el domingo 11 no fue un acto de heroísmo.”
Expresa que “el apedreamiento y saqueo contra las tiendas representa un delito grave; así como las piedras lanzadas al Hospital Docente Julio M. Aristegui. Este último hecho descorre toda la neblina en los ojos de algunos que hoy persisten en hablar de pacifismo”.
Si bien son repudiables todos estos hechos, es inconcebible que la prensa partidista cubana actúe con semejante cinismo.
Desde el periódico de Matanzas se atrevieron a asegurar que “quienes apoyan a la Revolución no la defendieron con palos ni piedras”.
Protestas del 11J: “quienes apoyan a la Revolución no la defendieron con palos ni piedras”, dice periódico matancero
Una lectora del medio respondió al trabajo periodístico:
“Violencia que ejecutó el gobierno cuando dijo el que se llama presidente (la orden de combate está dada), cuando un pueblo lleno de hambre y de calamidades salió a reclamar su legítimo derecho, pero en Cuba exigir sus derechos es contrarrevolución”.
La persona añadió que “la mal llamada revolución no acepta diferentes pensamientos y lo de las tiendas es un derecho del pueblo, ya que le venden todo en una moneda que no se le paga y para colmo a un sobre precio”.
¿Acaso esas tiendas no son un robo del gobierno?, reflexionó. “El pueblo está cansado y dijo basta”, concluyó.
Desde Girón respondieron:
“La violencia y los actos de vandalismo cometidos ese día no tienen justificación. No es un derecho agredir a otros ni provocar un clima de terror en el país. El presidente llamó a los revolucionarios a defender a la Revolución en las calles, lo cual también es un derecho de quiénes apoyan a la Revolución. Y ellos la defendieron no con palos ni piedras, no con destrucción, sino con ideas”.