En febrero de 2021, Marino Murillo Jorge, entonces jefe de la Comisión Permanente para la Implementación y Desarrollo de la Tarea de Ordenamiento en Cuba, aseguró que con el ajuste de algunos precios, la percepción de las personas debería cambiar. Sin embargo, la realidad ha demostrado ser muy diferente.
A pesar de que Murillo defendió en Twitter que la Tarea Ordenamiento era necesaria para impulsar la estrategia de desarrollo económico-social en Cuba, muchos cubanos no aprueban la forma en que se ha implementado la unificación monetaria en el país.
En aquel momento, una libra de arroz costaba 30 pesos, de frijol 30 pesos y de cerdo 80 pesos. Casi tres años después, la situación ha empeorado para los cubanos.
Según el economista cubano Pedro Monreal, a pesar de los recortes de subsidios y los aumentos de precios que acentúan el empobrecimiento, se agudizaría un proceso inflacionario basado en un déficit presupuestario descomunal.
Las nuevas medidas se anuncian con la vaga consigna de “corregir distorsiones e impulsar la economía”, pero lo que realmente se necesita a corto plazo es detener un proceso de “estanflación” e iniciar la discontinuación del actual esquema de planificación.
Monreal también señaló que el salario medio estatal y la pensión media perdieron valor real en 2023, a pesar de que las utilidades antes de impuestos de las empresas estatales crecieron un 25%, mejoraron su rentabilidad sobre las ventas netas y se redujo el número de empresas con pérdidas.
FRACASA TAREA ORDENAMIENTO
En diciembre pasado, el gobierno cubano reconoció el fracaso de la llamada “tarea ordenamiento” y estableció un nuevo rumbo en su política económica, orientado a lograr la “estabilidad macroeconómica”.
Así lo admitió el ministro de Economía y Planificación, Alejandro Gil Fernández, durante el VII Pleno del Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC), celebrado en la capital.
La “tarea ordenamiento”, implementada con la esperanza de mejorar la situación económica, resultó ser ineficaz y no logró los objetivos previstos, expresó Gil Fernández. Esta realidad ha generado un intenso debate entre los cubanos, quienes continúan enfrentando los desafíos económicos en su día a día.