La comentarista y periodista del NTV de Cuba, Maray Suárez, confirmó en sus redes sociales que se había asentado en la ciudad de Miami, luego de trabajar durante 20 años para los medios cubanos, en especial en cercanía con el gobierno de la isla. Suárez conducía espacios como el de “Cuba Dice” donde se hablaba de la realidad nacional.
En un anuncio de su emprendimiento en Miami, Suárez dice que “tener una carrera de éxitos y dejarlo todo para comenzar de cero es una locura para muchos”, pero para ella es una oportunidad de conseguir más sueños. Suárez ahora se reconoce como “coach” emocional para migrantes recién llegados a Estados Unidos.
Suárez dice “sentirse feliz” en Miami. “Decidí aprender y adentrarme en el mundo de las emociones, para ayudar a todos los que puedan necesitar un hombro, un oído que escuche, un alma que sienta”. Dice que en su negocio no se hablará de política ni religiones.
“Hoy muchos siguen pensando que fue una locura dejar las cámaras, un estudio, el nombre, el éxito.
𝘠𝘰 𝘦𝘯 𝘭𝘰 ú𝘯𝘪𝘤𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘱𝘪𝘦𝘯𝘴𝘰 𝘦𝘴 𝘦𝘯 𝘮𝘪 𝘤𝘦𝘳𝘵𝘦𝘻𝘢 𝘢𝘣𝘴𝘰𝘭𝘶𝘵𝘢 𝘥𝘦 𝘭𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘲𝘶𝘪𝘦𝘳𝘰”, añadió.
Maray Suárez ahora es “coach emocional”
Ahora la ex periodista del gobierno cubano es “coach emocional” en Miami. “Nunca es tarde, puedes crearte una nueva vida sin importar el momento o la edad que tengas. Aferrarte a algo o a alguien, solamente ancla tus deseos de salir de eso”, añade la ex comunicadora del NTV.
Hace un año, Suárez decidía en el Canal Caribe, de la TV Cubana que a los cubanos “nos toca entonces pensar que, a pesar de todo, estamos convocados a continuar, cuidarnos y seguir adelante con nuevas metas”. Lo que nadie imaginaba es que la “nueva meta” de Maray quedaba en Miami, como la de otros colegas de ella, como Yunior Smith.
Respecto a esta dualidad de morales, el periodista Fernando Ravsberg, ex comentarista de la BBC Mundo, señalaba molesto en sus redes sociales: “Cada cual es libre de vivir donde quiera, pero que algunos colegas del NTV se vayan a EEUU, después de todos los teques que nos han metido contra ese país, me parece una desvergüenza“.
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Debía prohibirse la entrada a EU y en el caso de esta periodista difícilmente pueda ser apoyo moral cuando ella en sí misma es todo lo contrario a moral, dignidad, principios, honestidad. Es muy difícil confiar en tales personas, no es un problema ideológico sino humano y de ética eldmental
No entiendo como esas personas los dejan entrar en EEUU, además con la facilidad que lo hacen, cuando hay familiar esperando reunificación con sus padres o hijos, etc