Las llamadas “cadenas cubanas”, de oro, constituyen una de las prendas más usadas por buena parte de la comunidad de exiliados al sur de la Florida, entre Miami y el resto de ciudades donde hay cubanos en Estados Unidos.
Se hicieron muy populares en los años noventa y representaron un estilo que indicaba cierta bonanza económica entre los migrantes.
Varias fuentes especializadas en joyería aseguran que estas prendas surgieron precisamente en Cuba hacia 1980, vinculadas a la cultura Hip Hop o rapera. Sin embargo, el éxodo masivo de las décadas posteriores las convirtió en una especie de símbolo en la Ciudad del Sol.
Las cadenas cubanas sugieren visualmente éxito económico y fama y no ha pasado de moda entre los cubanos de Miami. Las mismas suelen ser bastante gruesas, resistentes, las distinguen sus anillos o eslabones aplanados y constituyen de las más resistentes y elegantes del mundo.
Estos grandes collares de malla pueden ser fabricados en oro (14k, 18k, 24k), plata y enchapes y últimamente también se han puesto de moda en pulsos y anillos.
Lo más distintivo de las cadenas cubanas es que su robustez o su peso no determina que deban ser usadas solo por hombres, ya que está considerada como una prenda unisex. Suele llevarse como pieza central o en capas junto a otras joyas de oro.
Antes de adquirir una prenda de este tipo resulta indispensable saber reconocerlas. El sitio Cubalite reseña las precisiones que ofrece en este sentido “Todo cadenas”.
Cadena cubana, la prenda más popular en Miami
Existen dos estilos principales de eslabones cubanos: el “Miami Cuban Link”, que se refiere al clásico patrón entrelazado ovalado o redondo y el “Prong Cuban Link”, cuyos eslabones de punta están diseñados intencionalmente para tener cortes más afilados, creando un diseño cuadrado tejido.
Confeccionar una de estas cadenas puede llevar más de 12 horas de trabajo e incluye unos 30 pasos de procesamiento, ya que es necesario trabajar el metal mediante maquinaria especial, pero para luego terminarlo a mano, limentarlo y pulirlo.
Aunque son comercializadas en gran parte del mundo, las prendas más costosas de este tipo se hallan precisamente en las tiendas de Miami: las más caras tienen precios que oscilan entre 50,000 y 100,000 dólares americanos.