El cantautor cubano Silvio Rodríguez, defensor a ultranza del gobierno cubano, ha sido otro de los artistas que, desde la isla, se ha manifestado públicamente sobre las recientes protestas en el occidente del país, sobre todo, en zonas muy céntricas de la capital.
No obstante, Rodríguez consideró que quienes protestaron no parecían personas que provinieran “de clases privilegiadas” y que aun así increparon “a un gobierno heredero de una Revolución que se hizo a sangre y fuego” y “a favor de los humildes”.
En un extenso mensaje de su blog Segunda cita, Silvio se refirió a los sucesos de la avenida 31 en La Habana y elogió el hecho de fuera “custodiada por las fuerzas del orden, pero no reprimida (hasta donde sé)”, escribió.
“¿Cómo es posible que se haya llegado a semejante distorsión? ¿Acaso es un espejismo por el recrudecimiento de un bloqueo de 6 décadas, o por lo difícil que se ha vuelto conseguir comida después de la pandemia, o por los estragos que nos ha hecho un huracán?”, se preguntó el autor de La era y Ojalá.
Silvio Rodríguez
Más adelante admitió estar con consciente de “las tensiones actuales” en el país, aunque argumentó que no resultan privativas de Cuba porque, según él, todo el planeta está en crisis.
“La prensa a duras penas reporta los matices y las contradicciones que vivimos. Los canales oficiales siguen pintando una realidad que no se reconoce. Lo que se proyectaba como justicia ha ido retrocediendo a simple supervivencia”, consideró Silvio.
Finalmente, hizo referencia a que “un buen gobierno puede sostener o luchar por sostener conquistas nobles” y agregó: “a la defensiva ningún gobierno puede ser revolucionario, y llevamos demasiados años a la defensiva.
Por eso a veces la oposición a un gobierno –incluso a uno heredero de una Revolución de los humildes– puede venderse como revolucionaria. Y por eso, como dije en la canción Sea Señora, considero que hay que evolucionar”.
Sin embargo, en sus últimas palabras, Rodríguez asumió que la causa de todos los males en Cuba se debe al bloqueo norteamericano y a “las muy diversas cuentas de colores de quienes no nos quieren soberanos”.