La periodista y activista feminista Marta María Ramírez ha iniciado una petición en Change.org exigiendo la liberación inmediata e incondicional del periodista independiente cubano José Luis Tan Estrada. Tan Estrada ha estado detenido arbitrariamente desde el 28 de abril en el cuartel general de la policía política en La Habana, conocido como Villa Marista.
Hasta el momento, no se han formulado cargos concretos contra Tan Estrada. Sin embargo, se sabe que su detención es parte de una estrategia de acoso y persecución política que ha estado enfrentando desde antes de su expulsión como profesor de Comunicación Hipermedia y Lenguaje Digital de la Universidad de Camagüey “Ignacio Agramonte Loynaz” a fines de 2022.
En las últimas semanas, Tan Estrada ha sido interrogado sistemáticamente. Durante uno de estos interrogatorios, fue multado con 3.000 pesos cubanos (el salario mínimo en Cuba es de 2.100) por violar el Decreto Ley 370, una ley que el régimen totalitario utiliza para silenciar a activistas, periodistas y ciudadanos en general.
Además de su trabajo como periodista, Tan Estrada es conocido por su labor humanitaria en la isla. Esta labor también ha sido criminalizada, como se evidencia en la denuncia de su detención el 7 de febrero mientras entregaba medicamentos y donaciones para niños en el hospital pediátrico de su provincia, Camagüey.
Detención de periodista cubano
Según el texto, la detención arbitraria y la constante intimidación que enfrenta Tan Estrada son un ataque directo a los principios fundamentales del periodismo libre. Según Reporteros sin Fronteras, Cuba ocupa el puesto 172 entre 180 países en términos de libertad de prensa en 2023.
En 2021, nuevas regulaciones hicieron aún más utópico el principio de un Internet abierto, libre e inclusivo, violando completamente el derecho a la libertad de expresión y de información en el entorno digital. El nuevo código penal impuesto en 2022 ha reforzado la represión en Cuba.
Los arrestos, detenciones arbitrarias, amenazas de encarcelamiento, persecución y hostigamiento, cortes selectivos de Internet, limitación del movimiento dentro y fuera de la isla, registros ilegales de domicilios y la confiscación y destrucción de material, son parte del aparato con el que el poder totalitario intenta silenciar las voces de los periodistas.
La persecución sistemática que sufren los periodistas independientes como José Luis no solo viola sus derechos individuales, sino que también limita nuestra capacidad para mantenernos informados sobre lo que realmente está sucediendo dentro del país.