El jueves 30 de noviembre, un avión procedente de Estados Unidos aterrizó en el Aeropuerto Internacional José Martí de La Habana, con 37 migrantes cubanos (33 hombres y cuatro mujeres) que habían intentado llegar a la frontera estadounidense por rutas irregulares.
Según nota del Ministerio del Interior (Minint) de Cuba difundida en varios medios del gobierno, se trata del octavo vuelo de deportación que recibe la isla desde que se reanudaron estos traslados en noviembre de 2022.
Con esta operación, el número de migrantes cubanos devueltos por vía aérea y marítima en lo que va de 2023 asciende a 5.144, una cifra récord que refleja la magnitud de la crisis migratoria que vive el país caribeño.
El Minint informó que ocho de los retornados habían salido ilegalmente del país por vía marítima y 29 de manera legal, aunque luego se sumaron a las caravanas de migrantes que cruzan Centroamérica y México hacia Estados Unidos.
Uno de los deportados fue detenido por las autoridades cubanas por estar implicado en un delito grave que se investigaba desde antes de su salida ilegal.
Deportación Estados Unidos-Cuba
La reactivación de los vuelos de deportación es parte del acuerdo migratorio firmado entre Cuba y Estados Unidos en enero de 2017, durante los últimos días del gobierno de Barack Obama. El pacto establece que ambos países se comprometen a devolver a los ciudadanos que lleguen a sus territorios sin autorización legal, ya sea por mar o por tierra.
Sin embargo, no se ha logrado frenar el éxodo masivo de cubanos hacia Estados Unidos, motivado por la grave situación económica y social que atraviesa la isla. La escasez de alimentos, medicinas y combustible, la inflación descontrolada, los cortes eléctricos frecuentes y la represión política son algunos de los factores que impulsan a miles de cubanos a buscar una vida mejor en el exterior.