Nuevamente, una tragedia enluta a varias familias cubanas en Matanzas, Cuba. Esta vez el derrumbe de parte de la chimenea de la Termoeléctrica de Guiteras, ha dejado un fallecido, dos heridos y un desaparecido hasta el momento. Siguen en la búsqueda de esa última persona, según los medios locales.
Los trabajadores afectados laboraban en la parte inferior de la chimenea, en la zona conocida por cenicero, dónde extraían hollín y otras labores de limpieza, cuando se derrumbó el tabique, una pared de siete metros de altura y cayó sobre ellos. Los afectados pertenecían a la Empresa Especializada en Reparación y Mantenimiento a Chimeneas y trabajos en altura del Ministerio de la Construcción.
En horas de la tarde de ayer 7 de abril, se rescató una primera persona, Leonel Pérez Montoya— quien fue trasladado hacia el Hospital de Matanzas “Faustino Pérez”, por el momento con factura de su pierna izquierda. Este dijo que había escuchado a un colega suyo. En efecto, sobre las 4 de la tarde de ayer se sacó a una segunda persona con vida.
Más tarde, los rescatistas del Cuerpo de Bomberos de Matanzas dieron con el cuerpo de otra persona ya sin vida, se trataba de Alexis Bernardo Labrada, de 47 años y originario de Granma, aunque residía en la capital matancera.
Derrumbe en Guiteras deja heridos y un fallecido hasta el momento
El presidente cubano dijo en Twitter: “Estamos al tanto del accidente ocurrido en la CTE Guiteras y en constante comunicación con las autoridades mantanceras. Todo se ha dispuesto para el rescate de los trabajadores. Nuestros rescatistas y bomberos están haciendo un gran esfuerzo. Nuevamente, Cuba está con Matanzas”.
La prensa local matancera aseguró que desde hacía 17 años, un accidente mortal no ocurría en esa central termoeléctrica, una de las principales del país. Luego del susto y de ser examinado, el primer accidentado que llegó al hospital habló a la prensa.
“Era como estar enterrado vivo. Todo fue tan rápido que ni siquiera lo puedo explicar. No hay forma de explicar cómo se siente. Logré gritar, pero cuando lo hacía me quedaba sin aire. Hubo un segundo desplome cuando intentaban sacarnos”, dijo.
“El casco me salvó, porque fue lo único que quedó entre la pared y los ladrillos. No sentía las piernas y creía que las había perdido. Estoy vivo de milagro. Lo primero que hice fue agradecer a Dios”, añadió.