El helado en Cuba, cada vez más lejos del alcance de la población

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El helado es uno de los productos más demandados y apreciados por los cubanos. 

Sin embargo, disfrutar de este dulce placer se ha vuelto cada vez más difícil y costoso para muchos habitantes de la isla, debido a la escasez, la baja calidad y los altos precios que impone el gobierno cubano.

Un ejemplo de esta situación se vive en Santiago de Cuba, donde recientemente se anunció que el precio de la bola de helado en las heladerías estatales subió a 45 pesos cubanos, lo que equivale a casi el 10% del salario mínimo mensual. 

Esta medida forma parte de un supuesto “ensayo” de nuevas formas de gestión empresarial, que busca asegurar la producción y comercialización de los productos lácteos.

Según declaró Eduardo Griñán Caballero, director de la Empresa Láctea en la provincia oriental, al diario oficialista Sierra Maestra, este fin de semana reabrieron los coppelias en este territorio con “nuevos precios a modo de ensayo” y que la bola de helado ahora costaba 45 pesos.

El funcionario explicó que la empresa ha logrado reanimar sus heladerías con helado de crema en variados sabores, elaborados con materias primas importadas y de otros actores económicos como las Mipymes y los TCP. Además, dijo que se amplió la oferta con otros productos como yogur, dulce de leche, queso de crema, natilla y otros surtidos.

Sin embargo, esta “diversificación” tiene un alto costo para los consumidores, que deben pagar precios exorbitantes por un servicio deficiente. 

Helado en Cuba

Emilio Alejandro Llaujel Infante, director de la UEB Coppelia “La Arboleda”, reconoció que el precio del helado es elevado y que se les vende las combinaciones que el cliente desee. Por ejemplo, si le agregan leche condensada al helado, serían 20 pesos más, por lo que la bola de helado costaría 65 pesos.

Llaujel Infante agregó que desde que comenzaron esta oferta cuentan con sabores como vainilla, chocolate y fresa, los que han tenido buena aceptación. El horario los días de semana es más o menos hasta las 9:00 de la noche y los fines de semana se extiende un poco más.

Esta situación contrasta con la realidad que viven miles de santiagueros, que sufren las consecuencias de la crisis económica, social y sanitaria que atraviesa el país. 

Muchos no tienen acceso a una alimentación adecuada ni a servicios básicos como el agua, la electricidad y el transporte. Por eso, pagar 45 o 65 pesos por una bola de helado es un lujo que pocos pueden darse.

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