Usuarios de todas las provincias cubanas han denunciado en redes sociales una ola de robos con fuerza y violencia que se ha destapado en los últimos meses sin que muchas veces la policía logre atrapar a los asaltantes. Esta vez el intento de robarle a una anciana cubana una cadena de oro dispara las alarmas.
Los hechos más frecuentes han tenido relación con sustracción de prendas, embauco de dinero por transferencias y sustracción de motorinas y balas de gas de las propias viviendas.
Una anciana de Pinar del Río contó a los medios locales que había sido agredida e intimidada en plena calle por una persona que finalmente logró su propósito: arrebatarle su cadena de oro.
“Yo iba como a las 9:30 a.m. por el frente de la Catedral, por ahí por Maceo. Delante, muy cerquita, iba una muchacha que se agacha de pronto, casi tropiezo con ella. Me dijo que se había encontrado una bolsa con prendas y que nos paráramos separadas de la gente, que lo íbamos a compartir”, precisó la mujer al periódico El Guerrillero de esta provincia occidental.
En ese momento, la víctima, identificada como Cary, no supo a ciencia cierta lo que estaba ocurriendo hasta que otra mujer se le acercó tratando de estafarle la prenda. “Me enredaron, yo no tenía que haber caminado detrás de ella”, admitió la anciana.
“Caminamos hasta el portal del Turcios Lima y de pronto pasa el joven: Compro cualquier pedacito de oro. Te voy a dar estos anillos que valen más que tu cadena”, le dijeron.
Robarle a anciana cubana cadena y más casos
Una persona que se encontraba aparentemente por casualidad en el lugar la trató de estafar arguyendo que le haría un cambio beneficioso por la cadena y un tercer cómplice que apareció en la escena comenzó a amenazarla y le quitó la prenda de oro de 10 quilates por la fuerza.
“Casi me arrancó las sortijas que yo traía puestas, así, de forma brusca. No te dan tiempo a pensar. Puse el cuello para que abriera el cierre de la cadena”.
Medios espirituanos también se hicieron eco recientemente de atracos similares y advirtieron a los ciudadanos sospechar de inmediato ante cualquier “propuesta” de cambio o compra de prendas en las calles.