La economía cubana enfrenta una situación de alta inflación, que afecta especialmente al sector de la alimentación.
Según los datos oficiales de la Onei, el índice de precios al consumidor (IPC) se situó en el 34,13 % en octubre de 2023, una cifra menor que la del año anterior, pero aún muy elevada. El IPC se incrementó en un 1,52 % respecto al mes de septiembre, y la inflación acumulada fue del 24,19 %.
Estos datos solo reflejan la evolución del mercado formal, donde el estado regula los precios de algunos productos y servicios. Sin embargo, el mercado informal, que abarca una parte importante de la economía cubana, presenta una realidad más compleja y desconocida.
El economista Pedro Monreal señaló desde X (antes Twitter) que “la inflación real es mayor”, ya que el mercado informal no está incluido en las estadísticas oficiales. “En todo caso, con valores mensuales de inflación interanual superiores al 34% en todo 2023, se trata de una inflación muy alta”, escribió.
Entre las categorías que más contribuyeron al aumento del IPC se encuentran Restaurantes y hoteles (52,74 %), Alimentos y bebidas no alcohólicas (42,20 %) y Transporte (35,75 %). Dentro de los alimentos, algunos productos básicos como los frijoles, el azúcar y el café registraron fuertes incrementos mensuales.
La inflación en Cuba es un fenómeno complejo, que tiene múltiples causas y efectos. Entre las causas se pueden mencionar la escasez de divisas, las dificultades para importar bienes y materias primas, el impacto de la pandemia de covid-19, la reforma monetaria y cambiaria iniciada en enero de 2021 y la eliminación de subsidios y gratuidades.
Entre los efectos se pueden destacar la pérdida del poder adquisitivo de la población, el aumento de la pobreza y la desigualdad, la reducción del consumo y la inversión, el desincentivo al trabajo formal y el estímulo a la economía sumergida.