¿Cómo fue el asesinato? El hallazgo del cuerpo sin vida del doctor cubano Pablo Corrales conmocionó recientemente las redes sociales al conocerse que habría sufrido violencia física por parte de los individuos que lo asaltaron para robarle su moto.
Luego de haber sido reportado hace cuatro días como desaparecido, las autoridades lograron dar con el cadáver del médico luego de que fuera encontrado muerto por un hombre que cortaba hierba entre la Universidad Tecnológica de La Habana “José Antonio Echeverría”, Cujae, y la avenida Boyeros.
La víctima residía y trabajaba en una zona del municipio habanero La Lisa, específicamente en el Consultorio del Médico de Familia número 29 y pudo ser identificado a través de su licencia de conducción y documento de circulación de la moto.
Por un texto del medio CubaNet se conocen nuevos detalles del asesinato del querido doctor. Una fuente confesó en condición de anonimato que Corrales se dedicaba a “tirar pasaje” en su tiempo libre para ganarse un dinero extra.
¿Cómo fue el asesinato del doctor cubano?
Esta persona aseguró que la moto sustraída era una marca Suzuki 115 que, aunque no estaba en muy buenas condiciones, sus piezas tienen gran valor en el mercado negro, aunque el referido vehículo no ha aparecido hasta el momento.
Según el reporte del medio, fueron los propios colegas de “boteo” quienes le avisaron a su madre que el médico había sido encontrado muerto y que lo habían ultimado con un arma blanca. Cuando esta mujer apareció en las inmediaciones del parqueo para preguntar por su hijo ellos “imaginaron lo peor”.
“Nosotros fuimos los que llevamos a su mamá anoche hasta Medicina Legal para reconocer el cadáver, aunque no pudo hacerlo porque tenía el rostro desfigurado. No dijeron si por descomposición o por golpes”, dijo uno de los motoristas que reunieron dinero entre todos para costear los gastos del funeral.
Los colegas del doctor agregaron en sus declaraciones que “era una persona callada, tranquila y muy cautelosa respecto a los clientes que transportaba” desde la Plaza de Marianao. Además, que habitualmente manifestaba temerles a los posibles asaltos por lo que “después de las seis de la tarde no daba una carrera más”.