En el discurso de clausura del 8vo. Congreso del Partido Comunista, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, Primer Secretario del Comité Central del PCC y Presidente de la República de Cuba, dedicó varios párrafos a atacar a quienes se atreven a pensar diferente en Cuba. A modo de advertencia, sentenció: ¡la paciencia de este pueblo tiene límites!
Cuando el país sufre una crisis económica y sanitaria, cuando la mayoría de la población considera que la economía se ha dolarizado; cuando el propio Raúl Castro se refirió a las remesas alegando que “se ampliaron las ventas en moneda libremente convertible hacia otros productos, incluyendo los alimentos, con el objetivo de incentivar las remesas que los ciudadanos cubanos en el exterior realizan a sus familiares en el territorio nacional”, el presidente de Cuba no se guardó nada contra quienes están cansados de vivir lo mismo durante tantos años.
Discurso de Miguel Díaz-Canel Bermúdez: pensar diferente en Cuba
Dijo el presidente que “los grandes medios y las redes sociales digitales funcionan como plataformas efectivas para la manipulación y la mentira sin límites. Detrás de cada ser que duda o que comparte una noticia falsa, ellos se anotan una pequeña y maligna victoria”.
No cuentan como falsas las noticias que provienen de los medios estatales controlados por el Partido Comunista de Cuba.
Refiere el mandatario cubano que “sería ingenuo pretender que los exponentes de determinados actos artísticos, políticos o de cualquier naturaleza ignoren o no les interese considerar los contextos”.
Así, afirma que “de oportunos a oportunistas, de liberales a caóticos, de independentistas a neoanexionistas, de trascendentales a irresponsables, hay una fina y frágil distancia”.
Explica sobre los medios independientes y todos los que disienten que “son sociópatas con tecnología digital siempre disponible, siempre a punto, en guerra abierta a la razón y a los sentimientos. Atacan, no a un sistema político solamente sino a las verdaderas urgencias del hombre, a lo que nos conecta como especie. Esa es la guerra más peligrosa, pero también la más cobarde”.
Una vez más habla de “los enemigos de la Revolución” que aplican “los conceptos de Guerra No Convencional contra Cuba, una guerra en la que todo lo banal, vulgar, indecente y falso, vale, y, sin embargo, trata de colarse por el flanco de la sensibilidad, de la cultura y del pensamiento”.
Díaz-Canel Bermúdez habla de quienes se atreven a pensar diferente en Cuba como si fueran terroristas, como si todos perteneciesen a un mismo grupo: “incitan descaradamente a la profanación de símbolos y de los hechos y espacios más sagrados de la historia patria, convocan a la desobediencia, al desacato, al desorden y la indisciplina pública, acompañando a estos llamamientos con la construcción calumniosa de seudorrealidades, empeñados en confundir, desalentar y promover sentimientos negativos”.
“Es bueno advertir al lumpen mercenario que lucra con el destino de todos, a los que piden “invasión ya”, a los que continuamente ofenden de palabra y de hecho a quienes no descansan, ¡que la paciencia de este pueblo tiene límites!”.
Miguel Díaz-Canel Bermúdez
El Presidente de Cuba afirma, además, que quienes se atreven a protestar en la isla “buscan desesperadamente ser detenidos para cumplir el mandato de quienes les pagan, que no acaban de encontrar víctimas creíbles para sus infames informes sobre Cuba”.
Una vez más llama a los militantes a “aprovechar todos los espacios de la comunicación para dar nuestra batalla como revolucionarios, haciendo sentir el peso de la historia, las razones y convicciones patrióticas, las claves del liderazgo colectivo”.
“Tenemos el desafío de contar con voz propia todo lo bueno que se ha hecho, así como lo que puede y debe seguir haciéndose, mostrando nuestras luces y compromisos”, expresó.