Los largos y reiterados cortes energéticos o apagones en Cuba también afectan directamente a las empresas estatales. Para el inicio del próximo curso escolar, gran parte de los estudiantes tendrán que comenzar las clases sin sus respectivos uniformes, pues estos se confeccionan con máquinas eléctricas.
Según informaron directivos de educación, los uniformes deberán ser entregados “de forma escalonada” por atrasos y afectaciones en la industria, a causa de los apagones y la falta de combustible para repartir los tejidos, los cortes y los botones. Además de la consabida escasez se suman otras situaciones como falta de tallas y las largas colas para adquirirlos.
Mirla Díaz Fonseca, presidenta del Grupo Empresarial de la Industria Ligera (GEMPIL) dijo en el espacio Mesa Redonda que no ha sido posible lograr los ritmos de trabajo y que han “tenido que acudir a la ayuda de costureras de la industria deportiva”.
La situación con los uniformes ha derivado en ajustes en cuanto a su entrega y priorizarán los cursos de preescolar y quinto grado con dos prendas superiores y una inferior. Las restantes enseñanzas deberán conformarse con un solo uniforme para secundaria, preuniversitario, pedagógico y los politécnicos.
Sin uniformes por los apagones
La venta de los uniformes está prevista para el 8 de diciembre en el caso de los preuniversitarios; el pedagógico el 10, y el politécnico para el 16 de diciembre. Los demás serán comercializados para febrero, de lograrse cumplir el plan.
“La comercialización de uniformes solo se realizará para estudiantes de grados iniciales: preescolar, quinto, séptimo, décimo grado y primer año de la Enseñanza Técnica y Profesional”, precisó la directiva en su intervención.
La escasez de prendas escolares en la isla afecta directamente a las madres cubanas, que deben adquirirlos de segunda mano a precios nada asequibles, ya que el Ministerio de Educación había modificado su diseño el año pasado.
Medios independientes han revelado que muchos padres solicitan a sus familiares de Miami que les compren los propios uniformes en tiendas de Florida como ¡Ño que barato!