La situación eléctrica en Cuba ha vuelto a la “normalidad” tras la salida de la central termoeléctrica Antonio Guiteras de Matanzas, la más grande del país, que dejó un déficit de generación que afecta a varios territorios.
La planta, que había sido reparada recientemente, sufrió una nueva avería el domingo por la noche y se desconocen las causas y el tiempo que tardará en restablecerse.
La salida de la Guiteras se produce después de que Cuba celebrara la Cumbre del Grupo de los 77+China, un evento que requirió un gran despliegue de recursos y que mantuvo una relativa estabilidad en el servicio eléctrico durante su desarrollo.
Sin embargo, una vez concluida la cumbre, los apagones han vuelto a ser frecuentes y prolongados, causando malestar a la población, cada vez más incrédula con los partes oficiales.
Los cubanos han expresado su descontento y su frustración en las redes sociales, donde han compartido testimonios sobre las dificultades que enfrentan por la falta de electricidad.
Algunos han denunciado que tienen que soportar altas temperaturas, mosquitos, problemas con la conservación de los alimentos y la interrupción de las actividades cotidianas. Otros han cuestionado la prioridad que se le dio a la cumbre frente a las necesidades básicas de los ciudadanos.
OTRA VEZ LA GUITERAS
La crisis eléctrica en Cuba es un reflejo de la precariedad del sistema energético nacional, que depende en gran medida de los combustibles fósiles importados y que presenta un alto nivel de obsolescencia e ineficiencia.
El gobierno cubano ha reconocido la urgencia de diversificar las fuentes de energía y de promover el uso de las renovables, pero los avances han sido lentos y limitados.
Mientras tanto, los cubanos siguen padeciendo las consecuencias de una gestión deficiente y de una falta de transparencia e información sobre el tema.