Los hechos recientes en el Coppelia de La Habana, donde dependientes y clientes armaron una pelea “a sillazos” no han pasado desapercibidos para el popular humorista Ulises Toirac, quien ha recurrido a las redes para hablar del suceso.
“Y luego dicen que lo frío calma. ¡Si venden picante en Coppelia, tumban la cancha!”, escribió Ulises en su muro de Facebook con el típico sarcasmo que lo caracteriza.
Sus miles de seguidores no pasaron por alto la publicación y también comentaron sobre el insólito suceso que se ha hecho viral por estos días.
“El hombre nuevo en todo su esplendor”, “Qué triste que esas cosas pasen y que cada vez más la chusmería y la bajeza primen en la sociedad. Estamos dejando una sociedad vulgar a los niños y jóvenes, por Dios” o “Candela, educación gratis, hombre nuevo. Un espanto”, fueron algunas de las expresiones usadas por los intenautas.
No faltó quien alegara que este tipo de comportamientos, lejos de “dar gracia” lo que refleja es el descontento propio que viven los cubanos y que por ello “cualquier chispita puede encender la llama”.
“Candela, el hambre nos pone muy mal”, “El pueblo está irritado y la coge con quien no tiene que cogerla”, “El calor y las necesidades tienen a las personas tan irritadas, que hasta por un helado se caen a golpes como animales. Dios ten piedad de nosotros”, afirmaron otros cubanos sobre la pelea.
Toirac y la pelea en Coppelia
A raíz de la connotación pública que tuvo la disputa, funcionarios y dependientes de la entidad alegaron que los culpables habían sido los mismos clientes, ya que uno de ellos había sido requerido por ingresar al establecimiento con bebidas alcohólicas.
“La situación en cuestión no estuvo suscitada por la calidad del producto ni por insuficiencias en el servicio, como se ha intentado tergiversar en los diferentes comentarios de las redes. Tampoco fue el escenario de protestas o manifestaciones en contra de nuestro proceso político, como se quiso hacer creer”, se publicó en la página de Facebook Núcleo Coppelia.
Sin embargo, la pareja implicada en los hechos argumentó que habían recibido malos tratos por parte de una dependienta lo que condujo a la referida situación.
“Por quejarme con la jefa de turno por la mala atención y corrupción del lugar, una camarera me agredió (tengo pruebas suficientes). Me defendí y comenzamos una pelea”, detalló Lisandra Caballero, la mujer implicada en la discusión.
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