Se ha hecho viral en redes sociales, un joven cubano que ganó la llamada “lotería o bolita”, con cientos de miles de pesos y repartió otros tantos por la calle, en especial a jóvenes escolares, que pasaban en ese momento por ahí. Por supuesto, se vivió una “revolución” en la repartidera de dinero.
Según el medio CiberCuba, el joven se identifica como D.D, en la red social Facebook, cuyo lugar de residencia no fue revelado, repartió al menos 5 mil pesos cubanos a estudiantes de primaria y secundaria que salían de las escuelas. El propio usuario fue quien reveló que había ganado la lotería y la cifra que fue de casi 400 mil pesos cubanos.
Señalan que el joven agradeció a Obbatalá, por la buena suerte y le dedicó al premio a su madre, fallecida hace más de dos décadas. Supuestamente habría jugado los números 95 y 15 (guerra y perro en la charada cubana).
Algunos seguidores en redes sociales le sugirieron que no informara las ganancias, pues era peligroso. En 2021, mataron a un hombre en Santa Clara, que había ganado la “bolita”, para quitarle dinero y de estos casos abundan en la isla. Otros usuarios le señalaron que no diera dinero a los niños, pues eso sería dañino para ellos.
La bolita en Cuba
La Lotería Nacional de Cuba quedó prohibida el 20 de febrero de 1959 mediante la promulgación de la Ley 86. También el capítulo 13 del Código Penal cubano, que en su artículo 219, referido a los juegos prohibidos, explica que:
“El banquero, colector, apuntador o promotor de juegos ilícitos es sancionado con privación de libertad de uno a tres años o multa de trescientas a mil cuotas o ambas. Si el delito previsto en el apartado anterior se comete por dos o más personas, o utilizando menores de 16 años de edad, la sanción es de privación de libertad de tres a ocho años“.
Cualquiera que sea el grado de instrucción, la gente en Cuba tiene conocimiento de que vincularse con La Bolita es ilegal, y que además de las sanciones mencionadas, las autoridades contemplan el decomiso de bienes e inmuebles, incluidas las viviendas, en el caso de los banqueros.