Viral: Niña cubana vende “durofríos” para aportar dinero a su casa

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La dura situación económica que atraviesa la isla también es advertida por los menores que sufren las consecuencias de la escasez de alimentos y las carencias de ropa, zapatos y hasta juguetes. Hace poco repercutió en redes el testimonio de una madre cubana que confesó que su niña vende durofríos para aportar un dinero extra al hogar.

La mujer comenzó desglosando todo el dinero que debe invertir para mantener a su familia, aunque confesó que lamenta que su hija haya tenido que dar este paso para ayudarla. “No sé si reír o llorar”, escribió.

“Todas pasamos por momentos difíciles unas más que otras. Mi niña me vio pasando trabajo ya que todo está caro. En la merienda se me van a la semana 700 pesos más una bolsa de leche (1600 cada 3 semanas), en fin, se le ocurrió la idea de vender durofríos y la verdad que lleva 2 días que no deja de vender uno tras del otro”, contó la madre.

Los durofríos se hicieron especialmente populares en Cuba en la década de los noventa cuando comenzó a escasear en el país todo tipo de refrigerios similares como los helados. Se fabrican de forma casera con pulpas de frutas congeladas, con leche o no, o simplemente a base de refrescos en polvo.

¿Niña cubana vende durofríos en la isla?

El intenso calor de estos meses hace que sea un producto criollo muy demandando por los niños y niños que apenas cuentan con otra opción para las meriendas. A pesar de reconocer que las ventas de su hija van viento en popa, la mujer no deja de lamentar que con tan corta edad, su hija haya debido chocar con la precariedad y buscar una alternativa para ganar dinero.

“Veo la gran hija que estoy criando, pero a la vez me parte el alma, no sé qué hacer, ella misma los hace con solo 10 años”, agregó la madre en el grupo de Facebook Madres cubanas por un mundo mejor.

Otras personas también contaron que sus hijos habían tenido iniciativas similares: “Mi hijo tiene seis años y también se le ocurrió la misma idea, aunque él no los puede hacer solo lo hacemos juntos y él se encarga de venderlos cuando viene de la escuela y yo no le quito la idea. Eso hará de él un gran hombre y sé que será luchador”.

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