Continúan los ecos de la actuación cubana en Tokio 2020, lamentablemente vinculados a la política.
Si el miércoles se dijo que los resultados de Cuba hacían realidad una profecía de Fidel Castro, hoy desde Granma se sugiere que la migración deportiva cubana tiene una causa “políticamente motivada”.
En una publicación que “analiza” la migración en los Juegos Olímpicos de Tokio, entre las principales razones que la favorecen, se exponen: el factor económico, las historias personales de algunos atletas y la relación entre las excolonias y los países que hoy acogen a emigrados.
Se habla de “los grandes incentivos monetarios que aportan algunas naciones, claro está, las más desarrolladas”.
Sin embargo, en el caso de Cuba se expresa que hay “otro tipo de migración deportiva: la políticamente motivada”.
Entonces se hace un repaso de algunos escenarios en los que “se ha incitado, abiertamente”, a los deportistas cubanos “a abandonar su país”.
En ningún momento se hace una valoración más profunda de la migración deportiva cubana y sus causas, más allá de las “incitaciones” a hacerlo.
De hecho, el artículo se jacta de que “Cuba no solo es uno de los 20 primeros países en el medallero histórico de los Juegos, sino que su cosecha de 241 medallas (85 de oro, 71 de plata y 85 de bronce), es un producto genuinamente nacional.”
“Habría que hablar también de los cubanos que, formados en Cuba, compitieron bajo otras banderas y en algunos casos obtuvieron resultados sobresalientes”, comentó un lector en Granma.
Este es un tema que, a día de hoy, continuará generando reclamos entre los amantes del deporte en la isla.
No fueron pocos quienes se quejaron de que las retransmisiones de Tokio 2020 obviaron las competiciones de cubanos que representaron a otros países.