La presencia de Alexei Ramírez ha sido fundamental para el éxito actual de Pinar del Río, motivando tanto a veteranos como a novatos en un equipo que el año pasado finalizó en el puesto 14 de la tabla de posiciones.
Sin embargo, con una humildad que desborda cualquier estadio, Ramírez aseguró a Granma que es “solo un atleta más, comprometido con la causa de los Vegueros” y que, en el béisbol, “la inspiración somos todos”.
Después de una exitosa carrera en las Grandes Ligas, su regreso a jugar en Cuba ha sido una de las noticias más destacadas de la 63 Serie Nacional de Béisbol.
El jugador recordó que vino a cumplir el sueño de su tío, quien deseaba verlo nuevamente con los Vegueros, y ha sido sorprendido por el cariño recibido en cada lugar al que va.
“Es una cosa increíble. Siempre pensé que me tratarían con cariño, pero ha sido mucho más de lo que esperaba”, admitió. Este afecto no solo lo ha encontrado en Pinar del Río. “En cada estadio que he ido me han dado ese reconocimiento. La gente me saluda, me para, me pide fotos. Es algo que hay que vivirlo y estoy muy contento y muy agradecido por eso”, añade.
Alexei Ramírez muy por encima del nivel de la pelota cubana
Alexei Ramírez tiene promedio de bateo de más de .370, con 14 jonrones, 15 dobles y 66 carreras impulsadas.
En dicha entrevista reconoce que “Hacía seis años que no estaba en el béisbol organizado. Solo jugaba pelota o softbol los domingos. Lo que tuve de preparación para esta serie fueron dos semanas”, declaró.
El pinareño afirmó que “las cosas han salido mejor de lo que yo esperaba. Gracias a Dios me he mantenido bien de salud y he podido ayudar a los muchachos”.
Comparando la selección pinareña de sus primeras siete temporadas con la actual, Ramírez reconoce diferencias significativas. “Aquel era un equipo más consolidado, con peloteros más consagrados, con más oficio. Y en este, la mayoría de los muchachos tienen 20 años. Son etapas diferentes. Sin embargo, son jugadores que están entregándolo todo en el terreno”.
Ni su historia de ex big leaguer, acostumbrado a otras condiciones, ni el hecho de doblar en edad a la mayoría de sus compañeros han sido obstáculos para su integración al equipo verde. “Con los más veteranos como William Saavedra ya había jugado. Siempre los llamaba cuando llegaban a los play off, les daba consejos y manteníamos esa química. Y los jóvenes hacen que uno se contagie con su energía, se sienta más alegre y más motivado. Trato de estar a la par de ellos y nos ayudamos unos a otros”, explica.
Su relación con Luis Giraldo Casanova también ha sido una nota distintiva esta serie, ya que el “señor pelotero” fue llamado al equipo a pedido de Ramírez. “Casanova no necesita presentación. Es alguien que ha entregado todo por la provincia y el país. Y también creo que es el mejor entrenador de bateo que existe en Cuba en la actualidad. Entonces, ¿quién mejor que él para tenerlo al lado mío?”, reflexiona Ramírez.
Sobre la percepción de que un jugador con nueve años en las Grandes Ligas ya lo sabe todo, Ramírez asegura que siempre hay algo nuevo por aprender. “Todos los días uno aprende algo diferente y en el caso de Casanova, siempre hemos mantenido la comunicación y somos muy cercanos. Una vez fue a un partido mío en Estados Unidos y me corrigió muchos errores”, concluye.