Mario Kindelán, el exboxeador cubano que ganó dos medallas de oro olímpicas en la categoría de peso ligero, está muy decepcionado de los dirigentes deportivos en Cuba. Ahora él se ha convertido en entrenador de boxeo en Bahréin, donde dice sentirse más valorado y respetado que en su país natal.
En una entrevista con la periodista Julita Osendi, Kindelán reveló que las autoridades deportivas cubanas le negaron repetidamente la oportunidad de trabajar en el extranjero y le quitaron parte del dinero que le correspondía por sus logros.
Kindelán, que nació en Holguín en 1971, fue uno de los mejores boxeadores amateurs de la historia, con un récord de 358 victorias y 22 derrotas.
Además de sus dos oros olímpicos en Sídney 2000 y Atenas 2004, fue tres veces campeón mundial (1999, 2001 y 2003), tres veces campeón de la Copa del Mundo (1998, 2002 y 2005) y dos veces campeón panamericano (1999 y 2003). Entre sus víctimas se encuentran futuros campeones profesionales como Félix Trinidad, Miguel Cotto, Amir Khan y Andreas Kotelnik.
Sin embargo, a pesar de su brillante carrera, Kindelán no recibió el reconocimiento ni el apoyo que merecía por parte del Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (INDER) de Cuba.
Mario Kindelán decepcionado del deporte en Cuba
Según contó, el INDER le descontó más de siete mil pesos por sus medallas olímpicas y le impidió aceptar ofertas de trabajo en otros países. Incluso intentaron usarlo para cobrar una fortuna por una pelea arreglada contra el inglés Amir Khan, después de los Juegos Olímpicos de Atenas 2004.
“El promotor de American, Frank Warren, había pagado un cuarto de millón de dólares por esa pelea al organismo INDER; que claro yo no lo supe hasta ese momento. O sea, conmigo nunca contaron: un títere ¿o no? (…) Se iban a endosar el dinero, así como así, sin yo saber nada”, denunció.
Kindelán también acusó a los dirigentes deportivos cubanos de ser incompetentes y corruptos, que no se preocupan por la calidad de los entrenadores sino por su sumisión. “Para nadie es un secreto que nuestros dirigentes deportivos ponen y quitan, no por la calidad del entrenador sino por conveniencia propia. Muchos, muchísimos no fueron deportistas (…) Tratan de buscar personas que se les sometan, no que dominen su profesión ¡esa es la verdad!”, afirmó.
El exboxeador dijo que los directivos del boxeo en la isla le mintieron a sus posibles contratadores en Bahréin, diciéndoles que él no estaba disponible. “Parece que los directivos cubanos querían que Mario Kindelán muriera debajo de un puente en la calle, sin posibilidad alguna de vivir como un ser humano”, expresó.
Afortunadamente, Kindelán pudo contactar directamente con los responsables del Grappling Club de Bahréin, donde ahora trabaja como entrenador y recibe un salario digno.
Con ese dinero, ha podido comprar 20 pares de guantes para enviarlos a las escuelas deportivas de Holguín, su provincia natal. Kindelán aseguró que no se olvida de sus raíces ni de sus compañeros, pero que tampoco se arrepiente de haberse ido de Cuba.
“Yo amo a mi país, pero también amo mi vida y mi libertad. Aquí me siento feliz y realizado como profesional y como persona. No tengo nada que agradecerle al INDER ni a los dirigentes que me trataron mal. Yo me gané todo lo que tengo con mi esfuerzo y mi talento”, concluyó.