El pitcher villaclareño Pablo Luis Guillén, que estaba de visita en Estados Unidos, donde reside su padre, el otrora árbitro nacional Blas Guillén ha decidido asentarse en ese país y buscar una firma en el béisbol profesional.
La noticia le dio a conocer su entrenador personal, el conocido Orlando Chinea (descubridor del fallecido José Fernández). Chinea aseguró en su perfil de Facebook que ya contaba con varios equipos interesados y que le veía futuro al joven lanzador.
“Dejen de manipular a la fanaticada en Cuba. Pablo Luis Guillen trabaja duro por su futuro conmigo como lo hizo José Delfín Fernández, dejará de jugar amateur para buscar trabajo como profesional en grandes ligas”, dijo Chinea en dicha red.
“Paren de tergiversar y manipular al pueblo ya tengo varios scouts interesándose por el muchacho, que le falta mucho por ajustar debido a que venía con muchos problemas en sus movimientos, ángulo del brazo, habilidades, control del cuerpo y un sinnúmero de problemas. Pero gracias Dios está asimilando todo muy bien. Está buscando 99 mph en tres tipos de agarres al estilo de JDF 16”, concluía este destacado coach.
Guillén lleva tiempo entrenando en Miami
Chinea compartía además una sesión de entrenamientos junto a Guillén, que lleva varios meses de preparación. Mientras tanto en Cuba, los directivos del béisbol todavía “soñaban” que este regresaría al Villa Clara y se incorporaría al Sub 23 que jugará en el Mundial.
Guillén había declarado desde Estados Unidos a la revista deportiva Play Off Magazine, que “el sueño de todo atleta es jugar al máximo nivel y todos saben que el máximo nivel es las Grandes Ligas”.
“Vamos a ver qué pasa; por ahora la meta es pasar aquí un tiempo, disfrutar, prepararme y tratar de ponerme en forma lo mejor posible y reincorporarme a Cuba. Ojalá en algún momento, siempre lo he dicho, se puedan restablecer las relaciones de Cuba con Estados Unidos y poder llegar a un acuerdo para que nosotros los cubanos podamos jugar aquí como juegan todos los latinos y demás países del mundo”, añadía. Al parecer terminó de pensárselo mejor y dijo aquello de “para luego, es tarde”.