El Estadio Latinoamericano fue escenario de un intenso debate sobre el estado actual del arbitraje en la Serie Nacional de Béisbol.
El comisionado nacional de Béisbol, Juan Reynaldo Pérez Pardo, presidió la reunión, que se vio marcada por la preocupante cifra de 48 jugadores expulsados y siete árbitros sancionados, algunos como consecuencia de responder a insultos del público.
En un esfuerzo por mejorar la calidad de las decisiones arbitrales, Daniel del Risco, jefe de regla y arbitraje de la 63 Serie, anunció una nueva medida según reporta JIT: en cada subserie de cinco juegos, el jefe de grupo y el segundo árbitro con más experiencia supervisarán dos partidos detrás del home. Esta iniciativa busca asegurar un mejor desempeño en una de las posiciones más críticas del juego.
La discusión también abordó la necesidad de una comunicación más abierta entre los árbitros y el público.
Los comentarios de los aficionados sugieren que entrevistas con los árbitros, ya sea en programas de televisión o durante los intermedios de los juegos, podrían ayudar a humanizar su figura y promover un trato más justo.
La violencia y el maltrato, como señaló el comentarista televisivo Pavel Otero, no son soluciones aceptables ante los errores humanos que pueden cometer los árbitros.
Pago árbitros en Cuba
La situación del arbitraje en la Serie Nacional continúa siendo un tema complejo.
En septiembre de 2023, Reynol Alfonso, un árbitro de béisbol cubano, anunció su retiro como juez en las Series Nacionales después de años de servicio, citando el bajo salario como la razón principal.
Su frustración se hizo pública a través de una explosión en las redes sociales, seguida de una entrevista con Tribuna de La Habana, donde detalló sus experiencias y las dificultades económicas que enfrentan los árbitros.
En una declaración en Facebook, Alfonso compartió su angustia por tener que dejar una pasión por falta de una compensación adecuada. Expresó su descontento con el sistema, diciendo: “Te obligan, te acorralan y no puedes defenderte… no más, no soy esclavo de nadie para trabajar sin recibir algo a cambio”.
Reveló que, incluso como segundo árbitro bajo Omar Peralta, solo ganaba 80 pesos por juego, mientras que los salarios disminuían para los árbitros de menor rango, y solo los jefes de grupo recibían 100 pesos.