Cantante Camila Cabello cree que la “Revolución Cubana” es un fracaso

Camila Cabello habla sobre el fracaso de la “Revolución” de Castro
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La cantante cubana Camila Cabello, intérprete de “Havana”, opinó en una entrevista reciente que cree firmemente que la “Revolución Cubana” es un verdadero fracaso. Algo que vio desde niña, en su Habana natal.

Esto dijo la cubana que se encuentra en el boom en una entrevista en el programa “Street You Grew Up On”, de la actriz de Hollywood, Kerry Washington:

“La revolución empezó con mis abuelos y para cuando llegó la generación de mi mamá empezó a desmoronarse. Ya la luz se iba por días, había escasez de comida, racionamiento”. 

Cabello manifestó que “la generación de mi mamá estaba como ‘ay, este intento de sueño que le vendieron a la generación de mis padres no está funcionando’”. Por tanto, explicó que decidió irse a México “y ahí conoció a mi papá”. 

La intérprete de “Señorita” añadió que su madre graduada de arquitectura en la isla, se dio cuenta a tiempo de que nunca podría ser una profesional en Cuba y vivir de ello. Camila nació en La Habana, pero vivió unos años en México antes de emigrar a Estados Unidos. 

“Mi ‘érase una vez’ no es exactamente lineal, porque estuvimos mudándonos mucho. Nací en Cuba, mi mamá es cubana, mi papá es mexicano. Ellos se conocieron en México”, agregó en la conversación. 

Camila Cabello y su cruce de fronteras

Hace unos meses la cubana reveló cómo fue ese cruce de fronteras con su familia hacia Estados Unidos. “Mi mamá cruzó la frontera de México conmigo cuando yo tenía siete años. Tuvimos que dejar a mi papá atrás. Solo tenía poca ropa en una mochila, básicamente nada de dinero y no hablaba inglés”, narró la joven cantante.

Para hacer más llevadero su viaje, Camila explicó que su familia le dijo que iban a DisneyWorld. Aseguró que ella nunca tuvo conciencia de lo que estaba pasando, ni a qué tendrían que enfrentarse después de esa decisión familiar.

Ella y su madre pudieron llegar a la frontera sur de Estados Unidos y aprovechar la política de “pies secos-pies mojados”, vigente en ese momento, para luego acogerse a la Ley de Ajuste Cubano.

“Decidimos empezar desde cero, con un par de cientos de dólares, la ropa que llevábamos en la espalda, ninguna familia en los Estados Unidos y sin idea de lo que iba a suceder al día siguiente”, comentó. 

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