Rebeca Martínez tal vez haya sido la actriz cubana más celada y envidiada por las mujeres en la década del ochenta y principios del noventa; y también la que mayor cantidad de hombres atrajo ante aquellos televisores rusos en blanco y negro, justo a las siete de la noche.
En el programa Gimnasia musical aerobia, trasmitido por primera vez en 1985, Rebeca aparecía con poca ropa frente a las cámaras, luciendo licras ajustadas que destacaban su cuerpo bien tonificado y su rostro fresco de veinteañera.
“Buenas tardes, amigos, desde la piscina del hotel Panamericano, comienza la gimnasia musical aerobia”, se escucha al inicio de un video compartido en el canal de YouTube “Nostalgia cubana”. Rebeca aparece en primera plana junto a diez muchachas que repiten sus movimientos. Ella, sin embargo, resulta el punto central de las miradas.
Por su esbeltez, sus constantes rejuegos con la mirada y las posiciones que asumía al realizar los ejercicios, Rebeca fue deseada y admirada por los hombres cubanos, a pesar de que la animadora jamás se propuso ser objeto de deseo, de rencillas entre parejas, ni de acoso constante de presidiarios que le escribían misivas eróticas.
“Algunas de esas cartas ni las terminaba de leer, porque a veces me escribían personas que no estaban bien de la mente”, ha confesado Rebeca. “Una vez, me encontré a un señor en el aeropuerto que me dijo: Por tu culpa me divorcié, y mi mujer hasta me tiró una cazuela por la cabeza. Entonces yo le pregunté: ¿Pero cómo es eso?
Y él me dijo que cada vez que ponía mi programa, su mujer le apagaba el televisor. Resulta que la discusión fue tan grande que terminaron divorciándose. Yo creo que esa mujer tenía instintos asesinos”.
La vida de Rebeca Martínez
En varias ocasiones, Rebeca debió lidiar la obsesión de algunos fanáticos que la perseguían para invitarla a salir o simplemente conversar con ella.
“En aquel momento las muchachitas que trabajábamos en Ponte en forma usábamos una ropa que era bastante sexy. El ejercicio llevaba baile y algunos movimientos que podían resultan un poco sicalípticos”, cuenta ella misma.
“En una ocasión mi papá tuvo que echarle un cubo de agua encima a un hombre que no me hacía nada, el pobrecito, pero estaba esperándome con mucha frecuencia a la salida de mi casa, a verme entrar y salir. Era un peligro, porque uno no sabía si de pronto le iba a dar por hacerme algo. Algunos averiguaban mi dirección y me esperaban en la escalera de la casa, y yo me asustaba. Tuve unos cuantos incidentes peligrosos de ese tipo”.
Desde muy joven Rebeca llegó a la fama al ganar en el primer programa “Para bailar”, de los shows más famosos producidos por la televisión cubana en los años ochenta. Durante la competencia, a ella y a su pareja de baile Miguel Ángel, muchas personas le gritaron “¡Que se mueran!, ¡Que se vayan!”.
Rebeca cuenta su historia
Tras recibir el premio, fuera de su propia casa, “había un grupo que nos estaba esperando allí para lincharnos, literalmente. Decían: A Miguel Ángel le sacamos los ojos, y a ella le cortamos el pelo. Cuando mi mamá escuchó esto, contactamos con la gente de seguridad para que nos empezaran a cuidar. De esa competencia pudo surgir que a muchas personas yo no les cayera bien”.
A lo largo de su carrera, Rebeca ha incursionado también en la animación, actuación, el baile y el canto, por lo cual ha sido considerada como una vedette, calificativo que, aunque no le molesta, prefiere no adjudicárselo ella misma.
“Cuando me han llamado así en un programa o en un show, hay quien se ha disgustado porque quizás piensan que no deben nombrarme de esa manera. Otro sí. Para mí los títulos no son tan importantes. Esas cosas crean tremendo problema.
“A la Fornés le preguntaron eso mismo hace tiempo. Y cuando ella respondió que yo tenía aptitudes para ser vedette, aquello fue horrible. Le dijeron muchísimas cosas, y ella me lo contó después”.
A sus 58 años, Rebeca Martínez parece estar detenida en el tiempo. Sin importarle ya las críticas o los celos, aún luce su figura con los mismos atuendos de los ochenta y se graba practicando ejercicios aeróbicos en su casa para luego postearlos en sus redes sociales.
“Cuando uno sale mucho en la tele, eso genera gente que te quiere mucho o que te odia mucho”, confirma. Aquí puedes seguirla. Este es su Instagram.
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