Si un medio ha sido afectado por la diáspora de profesionales esa es la televisión cubana. Reconocidos rostros que antes fueran muy populares en la isla han proseguido su carrera en otros canales de América Latina y Miami.
Quedan pocos locutores en Cuba con la voz, el talento y el carisma de Marino Luzardo, conductor por más de una década de Mediodía en TV.
Marino nació en La Habana y vivió su infancia en el barrio de Arroyo Apolo, en las cercanías de La Palma. En una entrevista de 2019 ofrecida a Cubadebate comentó que disfrutó su niñez a plenitud, incluso los apagones. “No teníamos idea de cuán libres éramos entonces”, confesó.
A la locución Marino llegó gracias que muchas amistades lo convidaron a incursionar en el medio asegurándole que tenía buena voz. Allá por los años noventa comenzó a trabajar como profesional en Radio Reloj luego de haber tomado un curso de esta especialidad.
“De atrevido, inventé en la puerta del ICRT que me habían llamado para una convocatoria de locutores y cuando llamaron a la emisora salió Ibrahim Aput, quien al escucharme me hizo subir, me hizo unas pruebas y ese mismo día me quedé en un adiestramiento que él estaba impartiendo a otros aspirantes. Al poco tiempo se vació una plaza y me la dieron a mí”, contó a la página web de Radio Reloj.
Un tiempo después fue captado para sustituir a Laritza Camacho en Todo Listo del Canal Educativo 2, gracias a la propia recomendación de la actriz. Luego, y ya de manera estable, se incorporó a “De tarde en casa”, el programa en vivo conducido también por Raquel Mayedo donde permaneció por 12 años hasta que la directora de Mediodía en TV le propuso ser el conductor del espacio.
Marino Luzardo
En 2017 decidió quedarse solamente con el programa de las 12: “Sin dudas, una carga de trabajo realmente excesiva que a veces me traía el mal sabor de que los mismos invitados que iban a Mediodía…me los encontraba unas pocas horas después. Ese fue el principal motivo por el cual me fui, sentía que era mi culpa y que quien no debía estar en los dos espacios era yo”, reveló Marino a Cubadebate.
Según Marino, Mediodía en TV ha sido un ejercicio para su intelecto al tiempo en que se convierte en un reto cuando debe dominar los nervios de una trasmisión en vivo y en directo. Han sido varias las “situaciones” comprometedoras con las que ha tenido que lidiar este locutor, desde frases fuera de lugar hasta confesiones de sus entrevistados que van dirigidas a modo de “puyas” para terceras personas.
“Al principio la gente quería que me riera más, que fuera más chistoso, jaranero”, cuenta el presentador.” Por suerte siempre tuve claro que yo soy como soy, y que si intentaba imitar o alejarme de mi personalidad estaría muy lejos de la verdad”.
Aunque ha decidido permanecer en Cuba, Marino se ha quejado en varias oportunidades del pago a los profesionales de su tipo, ya que considera que no reciben un salario acorde a las categorías y que un locutor de primer nivel perciba el mismo sueldo que otro de tercero por el mero hecho de compartir el mismo programa.