La niña cubana de 12 años, Saydis Calzado, quien conquistara recientemente al jurado de Got Talent Uruguay contó a la prensa de ese país cómo fue su recorrido a pie y barco desde Panamá hasta esa nación para reencontrarse con su madre a quien no veía hacía más de un año.
La pequeña que sorprendió al público uruguayo con su talento para el canto y la salsa, vive en el Cerro de la capital porteña desde hace tres años y se acaba de llevar el “botón dorado” del famoso show televisivo. Pero en medio de la alegría contó a la prensa de ese país el suplicio de su travesía. Ante todo, cabe imaginarse a una niña de apenas 8 años cruzando selvas y ríos para salir de Cuba.
Calzado vino acompañada por sus abuelos desde Cuba en un viaje entre a pie y en barco por ríos, de cuatro días y que empezó en La Habana y pasó por Panamá, Guyana Francesa y Brasil, hasta que entraron en Uruguay por la frontera de Rivera. Su madre, Sayma, quien había hecho la misma travesía unos años antes, y su padrastro, la esperaban en Montevideo.
“Fue lo más difícil que viví en mi vida (…) Lo pasé muy asustada por la incertidumbre de que algo malo podía pasar. Estuve muerta de miedo, todo el tiempo, pero para darme fuerzas fortaleza y lo único que pensaba era en mi mamá. Me decía: ‘tengo que ser valiente por mi mamá y para encontrarme con ella’. Fue difícil, pero gracias a Dios todo salió bien”, dijo la niña a los medios de Uruguay.
Salir de Cuba
Saydis confiesa que le gusta Uruguay. También porque el Cerro le recuerda a Cuba, sobre todo por los árboles y los parques. También porque en el barrio hay muchos cubanos, y entre todos se apoyan y así se siente en familia.
Sayma su madre también recuerda que “el salir adelante como migrante es difícil, más allá que le estamos muy agradecidos al país que nos abrió las puertas y la cálida bienvenida de los uruguayos, pero no teníamos ni un acolchado, y nos brindaron muchas cosas positivas”.
Por eso, “el tenerla a mi lado es todo, y luego verla realizar su sueño en el escenario, es una bendición muy grande”, agregó.
Sayma intentó que su hija viniera de manera legal, “pero por cuestiones de mi país no pudo y tuvo que pasar por esa travesía que pasamos todos que fue muy difícil para poder estar juntas”.
Contó que su hija y su abuela fueron cruzando fronteras con un coyote que los guió hasta Uruguay. Atravesaron la selva, tuvieron que pasar un río y caminar mucho.
“Los coyotes, a los que se contrata a lo largo del viaje, te guían, pero hay momentos en los que hay que correr”. Por ejemplo, para que no los viera la policía brasileña, pasaban varias horas escondidos en la selva esperando el amanecer. Es bien difícil”, concluyó Sayma que actualmente está viviendo el sueño de su pequeña de convertirse en cantante.
“Mi hija es una pequeña guerrera, porque pasó por todas esas cosas. La verdad que no lloró hasta que no me vio. Y todavía se me hace un nudo en la garganta cada vez que lo digo. Por eso no me gusta contarlo”, resumió la madre.