La prensa oficialista cubana continúa haciéndose eco de la entrevista que el presentador Alexander Otoala hiciera a la actriz cubana Irela Bravo, muy querida por su personaje de Cachita en Vivir del Cuento.
Específicamente, en la sección “Chapeando”, que publica la periodista Arleen Rodríguez Derivet — presentadora de la Mesa Redonda y amiga íntima de Miguel Díaz-Canel Bermúdez y Lis Cuesta — la autora asegura que el objetivo no era hablar de ese tema en el pódcast, hasta que encontraron “el pesado interrogatorio de un odiador contra una profesional de los medios que antes de salir de Cuba”.
“La verdad es que, como hace con todos los artistas que se niegan a decir los lemas de los odiadores contra Cuba, contra el gobierno, contra el país en general, el anfitrión estuvo presionando todo el tiempo a su invitada”, señala el texto.
“¡Qué paciencia y qué estómago el de ella, para soportar los insultos directos o solapados! Digo como el Guerrero en su programa: águila no caza mosca y es muy difícil bajar al estercolero y no ensuciarse las alas”, agregó.
Recientemente, en su programa “El Mañanero”, Otaola habló sobre la entrevista que le hizo a Irela Bravo. Allí afirmó que es parte de los inmigrantes que él llama “pan con bistec”, es decir, los que se adaptan a la vida americana sin criticar al gobierno cubano, para poder viajar a la isla y presumir de su éxito ante los que sufren la escasez y la represión.
OTAOLA IRELA BRAVO CUBA
Otaola cuestionó la respuesta de Irela cuando le preguntó si creía que Cuba necesitaba un cambio político.
Ella dijo que no sabía y que había mucha gente que apoyaba el “sistema político cubano” en el mundo. Según el influencer, esta actitud demuestra que Irela es una “mujer mayor, totalmente adoctrinada e ignorante de la realidad”, que confía en la “falsa simpatía del mundo libre con la dictadura”.
Por su parte, en Cubadebate, Arleen Rodríguez defendió que Irela mencionara que “son muchísimos los admiradores de la Revolución dentro y fuera del país”. No obstante, mientras calificó como “insultante el modo en que su interrogador la trata”, también señaló “que Irela respondió algunas veces, bajando a su nivel”.