Si un papel marcó la trayectoria de la bella y talentosa actriz cubana Jacqueline Arenal fue el de Verena Contreras de la telenovela Tierra Brava, trasmitida en Cuba a finales de los años noventa. Desde entonces la bautizaron así.
Jacqueline Diana Arenal Farré nació en La Habana el 10 de abril de 1968 y, aunque estudió ballet clásico en la escuela del Ballet Nacional de Cuba, más tarde se inició en la actuación gracias al apoyo de sus padres: el escritor y dramaturgo Humberto Arenal y la actriz Marta Farré.
Sobre esa etapa de su vida confesó en entrevista al medio Cubadebate hace dos años: “Hice toda la carrera de ballet, una carrera dura, difícil, donde uno prácticamente solo vive para eso, desde los 8 años y hasta que me gradué a los 18″, dijo.
“Desde niña empiezas a trabajar y realmente te pierdes mucho del hecho de ser niño, de jugar. Sin embargo, a pesar de mi gran vocación por bailar, nació en mí el bichito de querer actuar, de ser actriz de teatro; eso siempre estaba”, agregó.
Arenal, trayectoria
Tras su graduación del ISA en el año 1990 integró los colectivos teatrales Irrumpe y El Público y luego fue elegida para actuar en programas como “Había una vez” y representar a Mariana en el dramatizado “De tu sueño a mi sueño.
Su multifacética carrera artística le ha valido un amplio prestigio en las pantallas cubanas, donde se le vio también en teleplays, películas como Un paraíso bajo las estrellas (1999) o El siglo de las luces (1992) y en la novela Si me pudieras querer en la que encarnaba uno de los protagónicos. Sin embargo, el nombre de Verena Contreras la ha perseguido a lo largo de su vida.
“No me he quitado todavía ese nombre”, refirió en la entrevista citada. “Así me llaman por los aeropuertos, los hospitales, en todos lados la gente me recuerda mucho y me bautizó con ese personaje. Considero que esta fue una oportunidad muy importante, no por gusto es una telenovela de las más recordadas, que la gente vuelve a ver y disfrutar”.
Vida en Colombia
Hubo un tiempo en que los televidentes de la isla le perdieron la pista a Jacqueline Arenal. Y es que, en 2005, se fue a vivir a Colombia, donde se involucró por más de una década en varios proyectos artísticos y participó en telenovelas muy populares producidas por la nación suramericana.
En la televisión colombiana se ganó el cariño del público con personajes como la Yoli en Los Reyes, Clara en Mujeres asesinas y la Virgen María en María Magdalena. El año pasado también se estrenó la popular serie “Pálpito” de Netflix, donde encarnaba un papel protagónico y que fue trasmitida en 190 países.
“En Cuba había hecho algunos personajes populares; sin embargo, allí no me conocían de nada y fue una oportunidad increíble para una actriz que estaba partiendo de cero, un reto importante que me dio una conexión inmediata con la gente de Colombia”, refirió Arenal en conversación con Cubadebate.
Paso por Miami
En 2015, Jacqueline Arenal viajó a Miami, donde trabajó junto a Alexis Valdés, con quien había estado unida sentimentalmente años atrás, en la obra “Oficialmente Gay” que fue bastante aclamada en la Florida.
“La ovación fue tan grande que paramos la obra”, dijo entrevista con la revista cubana Alma Máter. “Iba a continuar con los textos, pero me dije: No puedo, con tanto aplauso no se va a escuchar. Hice un aparte, algo que nunca se hace en el teatro, y violé la cuarta pared. Me giré al público, toqué mi corazón y di las gracias, porque aquel era un aplauso infinito”.
Su hija y regreso de Arenal a Cuba
De un segundo matrimonio con el también actor Mijail Mulkay, nació su hija Camila, a quien ha considerado su mejor regalo. Luego de tantos años alejada del público cubano, Jacqueline regresó a Cuba para llevar a cabo varios proyectos. Se le vio recientemente en uno de los capítulos de la teleserie “Rompiendo el silencio”, dirigida por Rolando Chiong, y hace pocas semanas fue invitada al espacio Mediodía en TV en el cual confesó estar dedicada principalmente al teatro con el grupo Okantomí.
A raíz de su regreso confesó a la revista citada: “Me ha hecho bien este retorno. Cada decisión conlleva un sacrificio, había zonas en pausa y sentía que había sacrificado demasiado a Jacqueline, a la mujer, a la hija, a la hermana. Ha llegado el momento de pensar en mí, en el ser humano que soy, y que incluye a la actriz, obviamente. Mi historia sentimental, familiar, como mujer, ha renacido”.