Una de las telenovelas más gustadas en Cuba fue “La cara oculta de la luna” con actuaciones como la de Saily Cabezas, Amandita, y que narraba la historia de cinco personas que habían contraído el VIH, un tema bastante polémico que fue tratado con una dramaturgia y un guion impecable.
El primer relato cinematográfico de la novela fue protagonizado por la joven actriz Saily Cabezas Albelo que encarnaba el personaje de “Amandita” una estudiante de secundaria que había crecido al amparo sobreprotector de sus padres, interpretados magistralmente por Ketty de la Iglesia y Fernando Echevarría.
En una entrevista reciente con la también actriz Carolina Cue confesó que el dramatizado la marcó de por vida y que logró su personaje tras varias sesiones de entrevistas con personas que padecían la enfermedad.
“El director pensó en mí. Eso fue bonito y duro. No pude conocer a la chica que representaba, pues lamentablemente falleció. La novela marcó tanto porque el tema es fuerte. Me entregué muchísimo y a veces lloraba al pensar en alguna escena. Hubo momentos en los que me sentí débil, enferma, como si padeciera los síntomas con los que actuaba”.
Saily Cabezas, Amandita, ¿dónde vive?
Anteriormente, Saily había asumido varios personajes en Violetas de agua (2001) y la gustada teleserie Enigma de un verano (2001).
Sobre esta última producción refirió que “era la cieguita y fue un personaje muy dulce que me dio muchas alegrías; muchos me preguntaban si de verdad era invidente. Me enamoré de la historia desde que leí la escena para el casting y fui a hacerlo muy a gusto”.
El público cubano se encariñó con la actriz, pero jamás la volvieron a ver en pantalla porque durante la propia trasmisión de “La cara oculta de la luna”, Saily decidió emigrar del país hacia Grecia.
“Tenía otros proyectos, otros planes”, confesó. “Me dio mucha pena porque estaba recibiendo muchísimo cariño del público. Fue muy grato porque estando fuera también recibí la nominación al Caricato. Muchas alegrías profesionales que viví desde la distancia”.
Un tiempo después, Saily se radicó definitivamente en Tenerife, España, donde, según cuenta, también la reconocen los cubanos en las calles.
“Estoy muy contenta, con una familia muy bonita”, dijo. A nivel profesional actualmente integra una compañía de teatro que se dedica a presentar musicales infantiles de cuentos clásicos en Islas Canarias.