Dos cubanos, un hombre y una mujer radicados en Tampa fueron acusados de 47 cargos cada uno por presuntamente haber introducido de contrabando en EE.UU. y usado para la prostitución a ocho mujeres, de nacionalidad cubana, informó la Fiscalía General de Florida.
Una investigación realizada por la Oficina del Alguacil del condado Hillsborough descubrió una operación de contrabando y trata de personas por parte de Amet Maqueira de la Cal, de 35 años, y Rosalía Leonard García, de 29, que fueron detenidos el 20 de octubre, según registros policiales.
Según la Oficina del Sheriff del Condado de Hillsborough la policía rescató a ocho víctimas de la trata de personas y arrestó a dos personas que estaban operando esta horrible explotación sexual para muchas de ellas.
Las ocho mujeres fueron contrabandeadas a los Estados Unidos desde Cuba y fueron obligadas a cometer actos sexuales durante meses para pagar “su deuda”, según los criminales.
Cubanos de Tampa acusados de prostitución
Las mujeres se vieron obligadas a vivir en condiciones terribles con hasta cinco mujeres en una habitación. Los dos horribles criminales detrás de esta operación, Amet Maqueira y Rosalía García, enfrentan 47 cargos que incluyen tráfico de personas, obligar a otro a ejercer la prostitución y conspiración para cometer agresión sexual.
La procuradora general Ashley Moody dijo en un comunicado este lunes que el tráfico sexual se encuentra entre “los delitos más depravados” y atribuyó lo ocurrido con las ocho mujeres a que los “delincuentes se están aprovechando de la frontera abierta de Biden para promover su comercio ilícito”.
El gobernador de Florida, el republicano Ron DeSantis, que busca su reelección en noviembre, ha intensificado en medio de la campaña sus críticas de la política migratoria del presidente Joe Biden.
Nombrada por DeSantis, Moody también ha tomado medidas relacionadas con la supuesta “frontera abierta”.
Maqueira de la Cal introdujo de contrabando al país a cada una de las ocho víctimas, según la investigación.
Bajo amenazas de violencia, obligó a las mujeres a traficar con fines sexuales y a trabajar en clubes de entretenimiento para adultos para pagar las deudas contraídas por el transporte a los EE.UU.
Los traficantes dijeron a las víctimas que debían 60.000 dólares cada una, les retuvieron sus documentos y las obligaron a vivir en espacios cerrados bajo el control de los traficantes.
Con información de AméricaTeVe