Un migrante cubano de 18 años fue condenado y encarcelado a ocho meses de prisión por el Tribunal Penal de Montpellier en Francia por violencia premeditada contra un guardia del centro penitenciario de Villeneuve-lès-Maguelone, donde ya penaba una condena por agresión con cuchillo a una farmacia y otros robos en centros comerciales.
El joven, reincidente en delitos de robo con fuerza cuando era un menor de edad, roció voluntariamente con lejía a un guardia de la prisión donde se encontraba, mientras este le llevaba la cena a la celda con un asistente de prisión, el pasado domingo 28 de febrero.
La prensa francesa cuenta que el cubano agarró una caja de lejía de la mesa giratoria y en el momento de su agresión hacia el policía, gritó “Allah Akbar”. El supervisor recibió lejía en sus ojos y se le concedieron cuatro días de licencia por enfermedad.
Antecedentes del cubano
El joven estaba encarcelado desde principios de enero, tras multiplicar los robos en los centros comerciales de Lattes y Montpellier, hasta el punto de ser avistado y seguido discretamente por agentes de seguridad, quienes lo atraparon in fraganti en el momento por donde salía del local. También estuvo involucrado en un robo con fuerza contra una farmacia.
Durante su sentencia, el cubano se comportó de manera poco civilizada. En medio de la audiencia, el imputado se quitó la máscara protectora, la arrojó a la caja, donde escupió, antes de ser llamado al orden con firmeza por el juez.
El cubano había sido arrestado cuatro veces en un mes por robar en una tienda en Montpellier. Su mochila, dotada de un sistema de precintado que no dispara alarmas al pasar por las cajas, contiene ropa por 500 euros.
Respecto al suceso en la farmacia, las autoridades revelaron que el 4 de enero el entonces joven de 17 años, de nacionalidad cubana, entró a la farmacia de la Place Jean-Jaurès.
Primero fingió buscar en los estantes, y luego aprovechó que era el único cliente de la tienda y sacó un cuchillo de cocina, con una hoja de 20 centímetros. El cubano amenazó al farmacéutico y así este último le entregó el contenido de la caja, con algo más de 400 euros. El joven luego huyó.
Luego es arrestado sin problemas, solo unos minutos después de su fechoría, el cuchillo y el botín, todavía estaban en su poder, dejando pocas dudas a la policía de que habían encontrado al hombre correcto.