Hace unos años, los migrantes cubanos llegaban por miles a Uruguay, como inicio de una vida en el exterior. Ahora, según la propia prensa uruguaya, los cubanos se están yendo por miles de ese país rumbo a Estados Unidos. Ya son más los que se van de Uruguay que los que se quedan a vivir en el país sudamericano.
Un reportaje de investigación, de El País de Uruguay, indica que el punto de partida es la terminal de ómnibus de Tres Cruces. Los migrantes cubanos pagan cerca de 8 mil dólares por un trayecto sumamente peligroso. Todo para ese momento de verse frente a una autoridad migratoria de Estados Unidos y solicitar el asilo político para no ser deportado.
Añaden que durante lo que va de este 2021 -cierre parcial de fronteras por la emergencia sanitaria mediante, e impacto en las condiciones de vida de los recién llegados- son más los que abandonan Uruguay. En los ocho primeros meses ingresaron por puestos migratorios 1.816 cubanos y salieron 2.687, según consta en las estadísticas de la Dirección Nacional de Migración. Eso habla a las claras de que son más los que se van que los que están entrando en la actualidad.
¿Cómo es vivir para un cubano en Uruguay?
“El éxodo siempre existió, en cuenta gotas, porque el cubano lleva la migración a Estados Unidos en sus genes”, explica Yoendris Lastre Bello, uno de los migrantes cubanos que atiende a sus colegas a la llegada al país sudamericano.
“Para los cubanos que ingresan a Uruguay, como también sucede con los dominicanos, se les exige unos trámites, dineros y garantías que se les hace muy difícil. Incluso es complicado para aquellos que son universitarios, porque no tienen cuentas bancarias y a veces ni siquiera traen los títulos profesionales apostillados”, añadió Silvia Rivero, investigadora de Trabajo Social en la Universidad de la República.
También agregó que del poco dinero que traen, casi todo se les acaba en el trayecto durísimo que hacen en el camino por Guyana y Brasil. “Las redes de tráfico les van quitando todo. Y por eso en Uruguay terminan viviendo en condiciones precarias, hacinados en pensiones y trabajando en los servicios peores pagados”.
“El cubano admira la democracia, la libertad y la gente uruguaya. Pero al cubano siempre le costó adaptarse al clima del país y dejar parte de su familia (en la isla). A eso se le suma que Uruguay es un país caro, que muchas veces no alcanza con un único ingreso, y que con la pandemia se agravaron las penurias económicas”, concluyó el joven cubano Lastre Bello.
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