Pedro Sánchez, presidente de España, reconoce que Cuba no es una democracia

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El presidente de España, Pedro Sánchez, afirmó en televisión nacional que Cuba “no es una democracia” y que se vieron “imágenes muy duras” en la isla luego del alzamiento popular del pasado 11 de julio en varias ciudades de la isla.

El representante del gobierno español que ha tenido conversaciones y contacto directo con Miguel Díaz-Canel dijo que hubo episodios de represión a manifestantes y que el arresto a periodistas independientes, como la corresponsal de ABC, Camila Acosta, eran preocupantes.

Es evidente que no es una democracia, pero tiene que ser la sociedad cubana la que encuentre el camino”, expresó Sánchez, quien añadió que los cubanos no precisaban “injerencias” y expresó su “máximo respeto” a la sociedad cubana, donde miles de personas tomaron las calles al grito de “libertad” y contra el presidente Díaz-Canel.

En una entrevista con el canal Telecinco, Sánchez pidió que los cubanos “se puedan manifestar libremente” y apostó por “acelerar todas las reformas” que traigan “derechos y libertades” y afirmó que el arresto de profesionales de la información es “improcedente”, por lo que el gobierno ha pedido su inmediata liberación.

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Las protestas en Cuba se sucedieron desde el pasado 11 de julio, a lo largo y ancho de toda la isla. Primero propiciadas por la crisis alimenticia, sanitaria, apagones y de escasez de medicamentos. Pero de inmediato se unieron bajo el mismo grito de “Libertad” y “Patria y Vida”.

El régimen respondió con violencia e hizo un llamado al enfrentamiento social en las calles, con un saldo de un fallecido y cientos de detenciones. El Ministerio de Exteriores español había señalado antes que se respetara el derecho de manifestación y que seguía “con mucho interés” los acontecimientos.

Por otro lado, la oposición criticó al gobierno por insuficientes. El Partido Popular exigió una condena expresa de la “represión” de la “dictadura cubana” y dijo forzaría votaciones en todos los ayuntamientos y parlamentos regionales para pedir el cese de la violencia del régimen contra el pueblo.

Mientras el ultraderechista Vox, registraba una iniciativa en el Congreso para “condenar rotundamente la represión” en la isla, mientras que el otro bloque de centro-derecha, Ciudadanos instaba al Ejecutivo a condenar “sin ningún matiz” la “dictadura comunista” de la isla. Por otro lado, el partido de izquierda Unidas Podemos se unía a la petición de que los cubanos puedan manifestarse libremente, pero rechazaba que Cuba fuera una dictadura.

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