Muchos cubanos que emigraron a Miami por la llamada “ruta de los volcanes” no contaban con familiares en Estados Unidos que los acogieran el primer año hasta que pudieran acogerse a la Ley de Ajuste. Las iglesias de la ciudad funcionan desde hace meses como una especie de hogar transitorio para algunas de estas personas sin recursos, aunque en estos momentos se hallan prácticamente colapsadas.
El testimonio de una madre cubana llamada Daneilis Tamayo confirma que muchas personas encuentran en estos templos el refugio para pernoctar y alimentarse durante un tiempo. La mujer confesó al portal Radio Televisión Martí que ha estado durmiendo con su familia en el albergue improvisado de Iglesia Rescate porque “las promesas de ayuda que le hizo su contacto en Estados Unidos resultaron ser toda mentira”.
“Lo único que me ha dado fuerza es el Señor. Yo la fe no la pierdo, pase por donde pase”, agregó la cubana que forma parte del grupo de aproximadamente 250.000 migrantes y solicitantes de asilo que llegaron a la ciudad en los últimos 18 meses.
A pesar de las buenas intenciones de los religiosos que administran dichas iglesias, la afluencia de cubanos está “maximizando la red de seguridad social” en las comunidades religiosas de Miami. Gran parte de las personas que arribar a Florida alegan escapar “de la persecución política, la falta de libertades y la escasez de productos básicos” en la isla.
“El Señor dice de acoger al extranjero. Es lo más triste, la cantidad de gente que llega y no podemos ayudar”, indicó al medio el reverendo David Monduy, párroco de la Iglesia Rescate.
Colapsan Iglesias de Miami por número de migrantes cubanos
Hace poco trascendió que esta Iglesia está ayudando a decenas de cubanos recién llegados a Estados Unidos a encontrar trabajo y vivienda asequible, así como a inscribir a los menores de edad en las escuelas de la zona.
Ubicado en 951 E. 4th Ave, el templo comenzó a recibir migrantes durante el año pasado y la cantidad máxima que han tenido a la vez son 29 migrantes. En estos momentos albergan a unas 12 personas recién llegadas que aún no cuentan con suficiente economía para permitirse una renta.
Por su parte, el reverendo Marcos Somarriba, rector de la iglesia católica de Santa Ágata en las afueras de Miami aseguró que “constantemente, todos los días la gente toca la puerta de las parroquias, diciendo que no tienen donde dormir”.
La mayoría de los migrantes que solicitan asilo en estas iglesias no pueden permitirse siquiera un alquiler barato y se encuentran en proceso de hallar un empleo estable como indocumentados.
En ese sentido, los templos no solo les proporcionan alimentos, ropa y algo de ayuda para vivienda, también los asesoran sobre sus opciones legales y hasta los ayudan a hallar trabajo cercano al refugio.