Cubano discapacitado revela cómo logró cruzar el río Bravo

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La proeza de Adrián Novalez Díaz se hizo viral en las redes sociales, el cubano discapacitado que logró llegar hasta México atravesando varias fronteras y que finalmente pudo cruzar sin complicaciones el río Bravo hacia Estados Unidos.

Luego de un mes en territorio norteamericano, el joven de 32 años ha llegado por fin a Miami y ha revelado los detalles de su recorrido. “Cuando decidí emprender este camino, mi familia me ayudó y gracias a ellos estoy aquí”, dijo Adrián en entrevista con la cadena Univisión.

El muchacho padece de una atrofia en su pierna izquierda, lo cual no le impidió tomar la decisión de emigrar de la isla mediante el complicado trayecto que comienza en Nicaragua y concluye en la frontera mexicana.

Adrián comentó que demoró 16 días en el camino: “Fue algo grande, yo no me lo creía, de verdad no me creía que estaba aquí”, comentó en el Aeropuerto Internacional de Miami, donde fue recibido por sus familiares con los cuales pudo celebrar este 4 de julio, Día de la Independencia.

“Yo soy guerrero, yo no le tengo miedo a nada”, aseguró. “Yo monto caballo, yo lo que haya que hacer lo hago. Me dijeron tú podrás montar a caballo y yo dije, ¡ah!, pero eso a mí no me impide nada, y monté a caballo”.

Cubano discapacitado, en Río Bravo

Sobre el peligroso cruce del río Bravo que ha tomado la vida de decenas de cubanos, comentó que fue ayudado por otros migrantes: “Me llegaba el agua por la cintura. Crucé caminando, venía gente conocida con las que hice amistad en el camino y ellos me ayudaron. Yo abrazado, con la mano por encima de ellos”, narra.

Aunque Adrián no se arrepiente en ningún sentido de haber emprendido el viaje, lamenta haberse separado de sus seres queridos: “Me da sentimiento, yo los veo a diario y me parte el corazón”, responde.

En los últimos meses han trascendido varias noticias de cubanos discapacitados o de avanzada edad que han logrado cruzar el río, como la historia de Enrique Torreblanca, que emprendió el trayecto con una sola pierna a sus 70 años para reencontrarse con su hijo.

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